Hace unos días, mientras paladeaba una cerveza,
dialogaba con un aficionado a la física. Comentábamos las dificultades de la
puesta en marcha del más grande acelerador de partículas construido hasta la
fecha, el gigantesco LHC. Mi amigo se preocupaba de que la máquina produjese
agujeros negros que pudieran destruir la Tierra. El argumento que me
tranquiliza –le dije- se fundamenta en que los físicos han observado choques de
rayos cósmicos contra los átomos de la atmósfera, con una energía veinte veces
superior a la que se alcanzará en el LHC: si nada ha sucedido hasta la fecha
¿por qué ahora va a ser distinto? Debatíamos estas razones cuando, en un alarde
de lucidez, mi amigo me espetó ¿por qué los físicos no estudian esas colisiones
en vez de gastarse miles de millones dólares en los grandes aceleradores? Sólo
pude decir que así razonó Heisenberg hace medio siglo, y no estoy seguro que
hubiese errado.
Para evitar que la tertulia acabara –aún
teníamos tiempo para charlar un rato más- mi amigo retomó el tema del fin del
mundo: si los rayos cósmicos ultraenergéticos estuviesen generando
continuamente microagujeros negros en la atmósfera, y salieran disparados hacia
todas las direcciones, podrían causar desperfectos, como unos meteoritos de
pequeñas dimensiones, incluso podría formarse uno demasiado grande y...
Argumenté que los microagujeros negros, de crearse, se evaporarían rápidamente,
que son muy pequeños, que la mayor parte de la Tierra -o cualquiera de
nosotros- es espacio vacío, que la probabilidad de que choquen con materia es
minúscula… Sin meditarlo mucho ni hacer cálculos, al final sólo acerté a decir:
te aseguro que es más probable que en estos momentos me caiga un meteorito
encima, o que todos mis átomos vibren hacia arriba en un mismo instante y
levite, que pueda suceder alguno de esos desafueros que crees posibles.
Curioso lector, afortunadamente para
nosotros, el fin del mundo no llegará, al menos a corto plazo, pero si quieres
especular sobre él, hazlo por lo menos con uno posible. ¿Cómo afectará a
nuestro sistema solar el desbarajuste galáctico que provocará el choque de
nuestra Vía Láctea con la galaxia de Andrómeda dentro de varios miles de
millones de años? ¿Qué le ocurrirá a la Tierra cuando el Sol se convierta en
gigante roja al final de su ciclo de vida estelar? ¿Qué vida sobrevivirá al
impacto de nuestro planeta con un gran meteorito?
1 comentario:
Estimado amigo
Es extraordinariamente improbable (pero no imposible) que la estrella eta Carinae (visible a simple vista), al terminar su vida como supernova, lo haga emitiendo un brote de rayos gamma; si lo hace y mira hacia nosotros uno de los chorros, no es descartable que la biosfera sufriera una gran extinción.
Saludos cordiales
Epi
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