Resulta difícil encontrar entre los
animales vertebrados especies muy longevas, sin embargo las hay, y ahí está la
ballena franca de Groenlandia que vive dos siglos o las tortugas gigantes de
las Galápagos que perduran siglo y medio, para demostrarlo; teniendo presente la
duración de la vida de estos animales me voy a arriesgar a hacer una predicción
que yo no veré cumplida: en el siglo XXI los científicos conseguirán que
algunos de nuestros congéneres vivan bastante más de cien años, y quizá lleguen
a aquellos limites o los sobrepasen. Aún no disponemos de una teoría cierta sobre
las causas del envejecimiento, pero prestigiosos biólogos se afanan en acumular
conocimientos sobre el tema. Parece mentira, pero ya son capaces de decelerar y
acelerar el envejecimiento: lo hacen con ratas, pero… espere el lector
dubitativo unos cuantos años y verá.
Unos investigadores crearon -no se puede
nombrar de otra manera- una rata transgénica. Rata que, con una edad de seis
meses y cuando debía estar en la plenitud de la vida, mostraba todos los
síntomas de la decrepitud, que debían aparecer medio o un año más tarde. ¿Qué
le habían hecho los científicos al animal? Le inactivaron una enzima, la que
corrige la copia de las mitocondrias: habían conseguido que los errores en la
reproducción de estos minúsculos corpúsculos celulares se volvieran cuatro o
cinco veces más frecuentes. Nada más, nada menos. Los investigadores habían
demostrado que la teoría mitocondrial del envejecimiento tenía consistencia. Al
llegar aquí, el sorprendido lector, tal vez se pregunte por el fundamento de
tal teoría. No es difícil de comprender: los radicales libres, sustancias
extremadamente activas que se producen durante el funcionamiento habitual de
las células, dañan las mitocondrias. ¿Consecuencia? Disminuye el número de
mitocondrias, y con ello decrece la eficiencia energética de cada célula pues es
en estos orgánulos donde obtiene la energía que necesita para vivir. En
resumen, las células funcionan peor, se acumulan defectos y el organismo
muestra síntomas de deterioro, que es el efecto más aparente del
envejecimiento.
El final del camino está lejano, todavía
se ignora mucho más de lo que se sabe, pero los primeros pasos para prolongar
la vida humana, aunque tambaleantes, ya han sido dados. Con esperanza,
aguardamos…
…contemplando
cómo se pasa la vida,
cómo se viene la muerte
tan callando.
1 comentario:
Estimada amiga:
En el año 2015 la Organización Mundial de la Salud publicó un Informe mundial sobre el envejecimiento y la salud en el que apunta que, por primera vez en la historia de la humanidad, la mayoría de las personas del mundo espera vivir hasta los sesenta años, por lo menos. Por cierto, me gustaría decirte que, en dicho informe, hay cuatro puntos que me han llamado la atención:
1. Pese a que a menudo se supone que el aumento de la longevidad viene acompañado de buena salud, hay pocas pruebas de que las personas mayores de la actualidad gocen de mejor salud que sus padres a la misma edad.
2. Las poblaciones mayores se caracterizan por una gran diversidad: algunos tienen una capacidad mental mayor que a los veinte años, otros tiene necesidad de asistencia de terceros.
3. Los mayores no gastan mucho en salud. Por ejemplo, en Estados Unidos entre 1940 y 1990 (periodo en el que se dio un envejecimiento de la población mucho más rápido que nunca), el envejecimiento parece haber contribuido alrededor del dos por ciento del aumento de los gastos en salud, mientras que los cambios debido a la tecnología fueron responsables de entre el treinta y ocho y el sesenta y cinco por ciento.
4. El gasto en salud de los mayores se concentra en el año anterior a su muerte.
Cordialmente, Epi
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