En
el verano muchos españoles marchan al trópico, donde, además de exóticos
paisajes y paisanajes, encontrarán peligrosas enfermedades endémicas de fácil
contagio. Los viajeros, especialmente, deberían entender cómo penetran en el
organismo los agentes causantes del cólera, el tifus, el dengue, la fiebre
amarilla, la malaria y la leishmaniasis: así sabrán qué evitar; y no les aportará
un provecho menor averiguar qué clase de seres producen la enfermedad: así
sabrán cómo matarlos, si les infectan.
Fíjese
el turista en las bebidas y alimentos que toma, porque si están contaminados,
pueden contener el agente del cólera; preste atención a las picaduras de piojos
y pulgas, porque pueden transportar el tifus; protéjase de las picaduras de
mosquitos que pueden cargar al portador de la malaria, el dengue o la fiebre
amarilla; y no se olvide de las moscas, porque pueden acarrear al causante de
la leishmaniasis.
Las
bacterias (cólera y tifus) son las más fáciles de matar: se trata de células
diferentes a las humanas por lo que los antibióticos dan buena cuenta de ellas.
Eliminar los virus (dengue y fiebre amarilla) y los protozoos (malaria y
leishmaniasis) presenta mayores dificultades. Resulta difícil deshacerse de los
virus porque casi no podemos alterar su funcionamiento, ¿cómo dañarlos si ni
siquiera son células? Con todo, tenemos una defensa contra ellos que no
disponemos contra los protozoos: su sencillez nos permite preparar vacunas
contra la mayoría; algo mucho más complicado de hacer contra los protozoos
porque, siendo sus células semejantes a las nuestras, ¿cómo preparamos vacunas
contra ellas, si lo que les daña también nos perjudica a nosotros? Para
ponderar la validez de estos argumentos, hay recordar los éxitos acumulados a
lo largo del siglo XX en la terapia de las enfermedades bacterianas y víricas,
y evocar el fracaso en el tratamiento de las enfermedades causadas por protozoos:
ahí están los más de dos millones y medio de muertos cada año por la malaria.
Una nota de optimismo: los humanos ya hemos eliminado el paludismo de Europa
(en Italia y Grecia era endémica); concretamente, España se declaró libre de la
enfermedad en el año 1964. El secretario general de la ONU ha propuesto un gasto
de tres mil millones de dólares anuales para el control, a corto plazo, del
paludismo en África: una verdadera ganga para la humanidad.
2 comentarios:
Estimado amigo
La enfermedad producida por el virus Ébola es una fiebre hemorrágica, muy contagiosa y con una alta tasa de mortalidad, entre el cincuenta y el noventa por ciento de los infectados. Se transmite por los líquidos corporales de humanos o animales infectados. Es originaria de África, probablemente de unos murciélagos.
Si vivieses en África subsahariana considero que tendrías motivos para estar preocupado por la epidemia este verano de 2014; en Europa o América, no; aunque las autoridades sanitarias deben estar prevenidas, porque el peligro es real.
Estimado amiga
En los países ricos cardiopatías y cáncer son las enfermedades que más muertos causan.
Saludos cordiales
Epi
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