sábado, 26 de abril de 2008

Antes del Big Bang


Aristóteles y sus seguidores postulaban que en la naturaleza no podía existir el vacío. Los investigadores que promovieron la revolución científica del siglo XVII demostraron con sus experimentos que tal concepción estaba equivocada. Por ironía de la historia, la física moderna sostiene una teoría parecida a la del filósofo griego. 
Un aviso al lector precavido: el sentido común es válido únicamente en el mundo a escala humana; en el micromundo o en el macromundo los experimentos han demostrado que el sentido común -sin duda el mejor de los sentidos- conduce a conclusiones erradas. La mayor parte de nosotros suponemos que el espacio vacío está vacío; también esa era la creencia de los científicos hasta que, en la primera mitad del siglo XX, desarrollaron la física cuántica. Ahora saben que el mundo no es así, es más sutil: el espacio vacío no está vacío. Lector incrédulo, ¿dudas? Te propongo un experimento mental: imagina un cubo de un metro de lado ubicado en el espacio que hay entre las galaxias. Dentro de él, probablemente, habrá algún átomo de hidrógeno; extráelo; elimina también toda la radiación térmica enfriando: tienes un cubo en el que no hay materia ni energía, por lo que supones que está vacío. Pues bien, te equivocas. En ese cubo aparentemente desocupado existe una infinidad de partículas de materia que, saliendo de la nada, aparecen y desaparecen, pasan espontáneamente de la no existencia a la existencia, y viceversa. En otras palabras, el mejor vacío que se puede conseguir en un laboratorio contiene energía, debido a esas fantasmagóricas partículas materiales que los físicos apellidan virtuales y que, por cierto, no se pueden detectar directamente; pero sí mediante vías indirectas. Pero si el vacío tiene una energía, es concebible idear un estado, con menor energía todavía, hacia el que pueda evolucionar (al universo, como a todos nosotros, le gusta caminar cuesta abajo). Y si sucediese que el espacio con materia tuviera menor energía que el espacio vacío, ya tendríamos explicado el origen de nuestro universo de una manera científica: el universo se creó espontáneamente de la nada, porque la nada es inestable. Desgraciadamente, los físicos carecen de conocimientos suficientes como para atribuir un valor concreto a la energía del espacio vacío y a la del espacio con materia, para poder compararlos.
No cabe duda, cuanto más sabemos del mundo más sorprendente nos parece.

2 comentarios:

C. Armesto dijo...

Estimado amigo:

Según la teoría clásica el vacío consiste en la ausencia de materia en un determinado espacio; pero según la teoría cuántica, el vacío no está vacío, sino lleno de partículas virtuales que constantemente fluctúan dentro y fuera de la existencia.Hasta cierto, el vacío cuántico se manifiesta en el efecto Casimir (medible en un laboratorio.

C. Armesto dijo...

Estimado amigo

Para que puedas comparar la magnitud del espacio vacío en el universo te diré que hay varias decenas de cuatrillones de moléculas en un metro cúbico de aire de nuestra atmósfera, en cambio en el mismo metro cúbico en el espacio intergaláctico apenas hay un único átomo.

Cordiales saludos de Epi