sábado, 19 de abril de 2008

Lucas, la primera bacteria


            Los humanos, con una soberbia inaudita, se consideran los amos del planeta en el que nacieron. ¡Yerran! La Tierra fue, es y será fundamentalmente bacteriana. Aporto unos datos para deshacer el equívoco: durante el ochenta por ciento de la existencia de nuestro planeta las bacterias han vivido en él, no sucede lo mismo con los animales, -no olvidemos que los humanos también somos animales-, que sólo llevan viviendo en la Tierra menos del quince por ciento de su existencia. Las cantidades de seres vivos nos proporcionan otro argumento: en la actualidad, hay mucha más materia viva en forma de bacterias que en forma de animales y plantas juntos: concretamente, tres de cada cuatro kilos de biomasa se halla en las bacterias.

Las bacterias son diminutas máquinas químicas muy elaboradas, que toman energía de alta calidad del ambiente y devuelven energía de baja calidad; no sólo eso, muchas de ellas captan la luz solar, para convertir el dióxido de carbono y el agua en productos ricos en energía de alta calidad. Simples, cambiantes, con facultad para sustituir sus partes componentes y con una capacidad de adaptación máxima, no puede extrañarnos que el primer ser vivo terrestre fuese una bacteria. Dos observaciones nos permiten acotar la fecha de la aparición de la primera: los paleontólogos encontraron restos bacterianos en rocas de edades cercanas a hace tres mil quinientos millones de años; y sabemos que cuatrocientos millones antes se produjo un violento bombardeo de meteoritos que esterilizó el planeta. El autor confiesa su satisfacción cuando supo que al primer ser vivo que holló la Tierra en fechas tan lejanas se le bautizó con el bello nombre español de Lucas (a fuer de sincero, reconozco que la s terminal es un complemento que he añadido para que resulte eufónico el nombre obtenido con las iniciales Last Universal Cellular Ancestor).

Ya creemos saber, aproximadamente, cuando apareció Lucas, pero ¿cómo era? Los biólogos han estudiado las bacterias existentes y tratado de hallar el mínimo común a todas ellas; porque suponen que así sería la bacteria primigenia de la que descendieron todas las demás; y una vez efectuado el estudio teórico hallaron que Lucas debía contar con quinientos setenta y dos genes escogidos para vivir. Sólo falta construirla en un laboratorio. ¡Esperamos darle la bienvenida dentro de no mucho tiempo! 

Acabo con una pregunta insidiosa, ¿será benéfica Lucas?, ¿será letal?

1 comentario:

C. Armesto dijo...

Estimado amigo

No desdeñes trabajar con bacterias. Es posible (no oso decir probable) que Francisco Martínez Mojica (un profesor español de Microbiología) reciba un merecido premio Nobel por el trabajo que hizo con ellas.

Cordialmente
Epi