sábado, 6 de febrero de 2021

Enigmas del litio astronómico


    La mayoría de la gente asocia al litio -usado como tratamiento para el trastorno bipolar- con las baterías, sin embargo, es un componente imprescindible de los teléfonos móviles y ordenadores portátiles, y pronto lo será también de los coches híbridos. El mercado para este metal -al que ya se conoce como oro blanco- no hace más que crecer; y la mayoría de las reservas se encuentra en América, en el límite entre Argentina, Bolivia y Chile, donde se almacena más del ochenta y cinco por ciento de las reservas mundiales. Reservas de un metal que existe desde mucho antes que América, incluso antes que la propia Tierra, de hecho, junto al hidrógeno y el helio, el litio nació durante el Big Bang, hace trece mil ochocientos millones de años.
Sí, la historia del litio es larga… y doblemente enigmática. Presuntamente, había poco al principio, demasiado hoy. La cantidad de litio producida durante los primeros tres minutos del Big Bang excede la cantidad del metal medido en las estrellas más viejas; pero si la abundancia observada en las estrellas más antiguas no coincide con la abundancia de litio en los gases que las formaron, ¿dónde está, entonces, el litio desaparecido? ¡Se observaba menos de lo que había! Corregido el error recientemente, todo concuerda. 
En el universo contemporáneo hay más litio del que pudo generarse en el Big Bang. ¿Cuál es, entonces, el origen del metal extra? La quinta parte del que se observa hoy pudo formarse durante el Big Bang. Quizá los rayos cósmicos, protones que chocan contra átomos libres en el espacio, a los que fragmentan en pequeños elementos, incluido el litio, pudieron generar otra quinta parte. Un tipo de estrellas, las asintóticas gigantes (AGB), podrían ser una nueva posible fábrica de litio. Las explosiones estelares nova constituyen otra posibilidad; estas explosiones suceden en la superficie de una enana blanca a la que acompaña otra estrella; la fuerza de gravedad de la enana blanca arranca hidrógeno de su compañera que, al acumularse, desencadena una fusión nuclear, que sintetiza litio, y una explosión -una nova- que lo dispersa por el espacio. A un ritmo de dos novas anuales se podría generar todo el litio que hoy inunda la galaxia.
En cualquier caso, el litio ha recorrido un largo camino hasta la batería de nuestros móviles, ya sea desde las explosiones de una estrella o desde el ardiente nacimiento del cosmos.

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