Millones
de afectados en Europa, y es algo que puede prevenirse, porque, en
muchos casos, es una cuestión de higiene. ¿Qué riesgos asumimos en nuestra alimentación?
Fundamentalmente tres: las intoxicaciones; las enfermedades
infecciosas transmitidas por la comida, ya sean bacterias, virus,
parásitos o priones; y la adquisición de resistencia a
los antibióticos.
Únicamente
voy a comentar el primero. Todavía se sabe poco sobre las
intoxicaciones alimentarias, porque, aproximadamente, se ignora la fuente de seis de cada
diez brotes. Sin embargo, ya
sabemos que algunas intoxicaciones se deben a las toxinas excretadas
por las bacterias que contaminan los alimentos, como la Clostridium
botulinum (fabricante de la venenosa botulina), la Clostridium
perfringens (habitante del intestino humano y productor de enterotoxinas) y el Staphylococcus aureus (que contiene
uno de cada tres humanos y elabora la enterotoxina estafilocócica). Miles de siberianos fallecieron, durante la segunda guerra mundial, debido al consumo de cereales infestados por las toxinas producidas por los hongos Fusarium. Sí, el consumo de alimentos contaminados por hongos es imprudente, porque
ingerimos las venenosas micotoxinas sintetizadas por ellos; concretamente, los más afectados por los hongos Aspergillus, productores de las cancerígenas aflatoxinas, son los
cereales (maíz, arroz, trigo), las oleaginosas (olivo, soja,
girasol), las especias (chile, pimienta negra, coriandro, cúrcuma,
jengibre) y los frutos secos (almendras, avellanas cacahuetes,
pistachos, nueces, cocos).
El propio
alimento puede contener toxinas de forma natural, sin necesidad de importarlas mediante un agente externo. La intoxicación
denominada ciguatera se debe a la ingestión de peces que viven en los arrecifes coralinos; peces que se alimentan con dinoflagelados poseedores de
toxinas. Los japoneses tienen exquisito cuidado cuando degustan el
pez globo; si el pescado no se manipula bien, el comensal se
envenenará con la mortal tetrodotoxina. Las flores de los
rododendros contienen grayanotoxina: absténgase el sibarita de la
miel obtenida de tan hermosas y letales flores. La escombroidosis,
una intoxicación alimentaria que recuerda a una reacción alérgica,
se debe al consumo del atún, bonito y caballa, también del salmón,
sardina o arenque conservados de forma inadecuada; en la carne de
estos peces, si no está correctamente refrigerada, se forma un
exceso de histamina. Para prevenir el envenenamiento de los
comensales, los mariscadores no deben recolectar mejillones, si estos
han adquirido toxinas durante las mareas rojas. Por último, resulta fácil evitar
los venenos que contienen las setas: no deben degustarse si un
experto no ha garantizado su salubridad.
Sibarita lector, la seguridad en la alimentación también es asunto tuyo.
Sibarita lector, la seguridad en la alimentación también es asunto tuyo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario