sábado, 28 de diciembre de 2019

El núcleo sólido de la Tierra



     ¿Tiene algún interés para el ciudadano lo que pasa en el lejano núcleo de nuestro planeta? Un ingenuo lector probablemente crea que ninguno: yerra. El movimiento del hierro fundido, que constituye el núcleo externo de nuestro planeta, crea un campo magnético; y el campo magnético de la Tierra, su magnetismo, forma la magnetosfera, el escudo que protege la superficie terrestre del viento solar y de los rayos cósmicos, imprescindible, por tanto, para la permanencia de la vida. Una vez aclarada su importancia, se comprende el interés que suscita para los geólogos lo que sucede en tan exótico lugar.
     Comencemos por el principio. Una vez formada, la Tierra se fue enfriando, primero se formó una corteza de roca, a continuación, un manto de silicatos, dentro de él se halla un núcleo, de hierro mayoritariamente; y no, no tenemos un núcleo sólido, pruebas indudables nos muestran que existe un núcleo externo fundido, y un núcleo interno sólido. ¿Cuándo se produjo esta diferenciación? Hasta hace poco se ignoraba la edad del núcleo interno sólido; un grupo de geólogos encabezados por Richard Bono, en 2019, cree haberla averiguado. El magnetismo hallado en las rocas antiguas, testifica que el magnetismo del planeta apareció, al menos, hace cuatro mil doscientos millones de años, y se debió a la circulación de los materiales fundidos dentro del núcleo; pero, a medida que transcurría el tiempo, el movimiento se volvía más lento por lo que, tal como sugiere el registro geológico, el magnetismo se fue debilitando. Durante cien mil años, la debilidad era extrema, la intensidad magnética resultaba diez veces menor que ahora, y aparecían repentinas inversiones de los polos. Por suerte, debido al enfriamiento, el núcleo interno del planeta se solidificó, hace alrededor de quinientos sesenta y cinco millones de años, justo a tiempo para evitar el colapso del campo magnético; el núcleo, sólido en su interior, pero fluido en su parte externa, formó una potente dinamo dentro de la Tierra, que activó el campo magnético que disfrutamos hoy; campo magnético que ha formado la magnetosfera terrestre que nos salvaguarda de las radiaciones externas.
     Sucedió todo en el período ediacárico, cuando desapareció la fauna ediacárica, un poco antes de que aparecieron los antepasados de todos los animales modernos. ¿Guarda alguna relación el fenómeno geológico con los acontecimientos biológicos? Tal vez, amigo lector, seas tú el primero en conocer la respuesta… algún día.

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