sábado, 21 de septiembre de 2019

¿Por qué brilla el Sol?



     Uno de los hombres que descubrió el origen de la energía de las estrellas estaba con su novia la noche siguiente al momento en que comprendió que las reacciones nucleares hacen que las estrellas brillen. Ella dijo: «¡Mira qué bellas brillan las estrellas!». Él replicó: «Sí, y en este momento yo soy el único hombre en el mundo que sabe por qué brillan». Ella simplemente le sonrió. No estaba impresionada por estar con el único hombre que, en ese instante, sabía por qué brillan las estrellas.
     ¿Lo sabe el erudito lector? ¿Alguna vez, tendido en la playa durante una tórrida mañana de verano, se ha preguntado por qué brilla el Sol? Quince millones de grados existen en el centro de la estrella (compárense con los seis mil grados que se miden en su superficie); a causa de tan desmesurada temperatura todas las partículas que allá se encuentran están muy agitadas, en consecuencia, los electrones y núcleos no pueden asociarse en átomos. Siendo la densidad del núcleo solar ciento cincuenta veces superior a la del agua líquida, las colisiones entre los núcleos atómicos son muy numerosas, por lo que, a veces, dos de ellos pueden pegarse uno al otro, y fusionarse para formar un nuevo núcleo: los físicos llaman al proceso reacción nuclear de fusión. En el Sol, constituido esencialmente por protones, el resultado final del conjunto de las reacciones nucleares consiste en la transformación de cuatro protones en un núcleo de helio. Tal transformación presenta una singularidad que no dejó de llamar la atención de los físicos: la masa del núcleo de helio es ligeramente inferior a la suma de las masas de los cuatro protones iniciales: se pierde masa en la reacción nuclear de fusión, masa que se transforma en energía. Hasta un aprendiz es capaz de hacer el cálculo, sabiendo la masa de hidrógeno que contiene el Sol podemos averiguar que continuará brillando otros cinco mil millones de años más; que se añadirán a los cinco mil millones de años que ya lo ha hecho desde su formación.
     ¿Saben los físicos adonde va a parar la pérdida de energía? Sí, el Sol emite partículas (fotones) de luz de todos los colores y, además, también radia los diferentes tipos de radiación electromagnética invisible, desde los energéticos rayos gamma, rayos X y ultravioleta hasta las tenues ondas de radio, microondas e infrarrojos.

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