Cualquier
aficionado a la astronomía sabe qué es un agujero negro: una región
del espacio en cuyo interior existe una masa lo suficientemente
grande como para generar una atracción de gravedad tal que ninguna
partícula, ni siquiera la luz, puede escapar. Ahora bien, ¿qué
aspecto tiene? En 2019 los astrónomos consiguieron la primera imagen
del área alrededor de un agujero negro; y la publicaron, en
concreto, la que hay en el centro de la galaxia M87. Solos, los
agujeros negros son eso, negros, pero estos atractores monstruosos
están rodeados de gases brillantes; por eso en la fotografía
publicada, la región central oscura no es el horizonte de sucesos,
sino la sombra del agujero negro, es decir, la región central de
emisión de gases oscurecida por el agujero negro central. Al
observar esta sombra, el telescopio del horizonte de sucesos (ETH)
reforzó la evidencia de que la teoría de la gravedad formulada por
Einstein funciona, incluso en las condiciones más extremas, y mostró
pruebas que M87 tiene un agujero negro central de unas seis mil
millones de masas solares.
El
curioso lector seguro que ya se ha preguntado por el significado del
horizonte de sucesos de un agujero negro. La enorme gravedad del
agujero negro origina una singularidad en su centro, singularidad que
ocupa una región minúscula, casi un punto, donde se acumula toda la
materia y tiene una densidad infinita; pues bien, una superficie
cerrada, llamada horizonte de sucesos envuelve la singularidad. Se
trata de una superficie esférica imaginaria que rodea al agujero
negro; nada, ninguna partícula exterior de materia que atraviese tal
frontera vuelve a salir de ella, ni siquiera la luz o cualquier tipo
de radiación; con todo, si alguno de nosotros cayéramos en un
agujero negro, en el momento de atravesar el horizonte de sucesos,
nada notaríamos, ya que se trata de una frontera imaginaria. Por
esta razón resulta imposible establecer qué le ocurre a la materia
una vez que rebasa el horizonte de sucesos hasta que colapsa en la
singularidad del agujero negro.
Los
astrónomos conjeturan que en el centro de la mayoría de las
galaxias hay agujeros negros supermasivos; por ello a nadie extrañará
que las observaciones futuras del ETH se orienten a la exploración
del agujero negro que hay en Sagitario A*, en el centro de nuestra
galaxia, la Vía Láctea. Esperemos que pronto podamos contemplarlo.
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