sábado, 8 de junio de 2019

Antropoceno



     Sentados en una terraza, contemplábamos la hermosa bahía de Aldán y lamentábamos nuestra ausencia en el momento que saltaron los delfines. La belleza del paisaje nos sugirió hablar de estética; y pronto uno de nosotros preguntó ¿cuál es el artículo –científico- más hermoso que habéis leído en el siglo XXI? Incapaz de distinguir entre estética, ética y metafísica, cité dos que abordan el mismo tema: “Límites de un planeta sano”, escrito por Jonathan Foley (2010) y “Una historia estratificada. ¿Qué huellas dejaremos en el planeta?” de Jan Zalasiewicz (2016). Voy a comentarlos.

     En dos siglos el número de humanos ha pasado de mil millones a siete mil millones. En los últimos cincuenta años nos hemos duplicado, nuestro consumo de alimentos y agua se ha triplicado, y el consumo de combustibles fósiles se ha cuadruplicado. Todo ello ha generado contaminación. Las reglas para vivir en el mundo contemporáneo han de ser diferentes de las anteriores y necesitamos conocerlas. Un grupo de científicos (Jonathan Foley, entre ellos) se propuso identificar los procesos ambientales que podrían perturbar e incluso impedir la capacidad del planeta para albergar vida humana. Encontraron nueve, y establecieron límites dentro de los cuales la humanidad podría operar sin riesgo; siete tienen cotas definidas, en dos nos faltan conocimientos. Tres de los procesos, la pérdida de la biodiversidad, la contaminación por nitrógeno y el cambio climático, han sobrepasado los límites; los demás se encaminan hacia los valores umbrales.

     En el año 2000, Paul Crutzen, Nobel de química, durante un debate sobre los cambios ambientales ocurridos en los últimos milenios, empleó la palabra Antropoceno para referirse a la época en que la humanidad ha alterado el planeta. Ahora bien, ¿se trata de un cambio geológico, es decir, un cambio tan profundo que sus huellas han quedado grabadas en los estratos de todo el planeta? ¿Podría la humanidad causar un cambio tan radical como las transformaciones habidas cuando comenzó el Holoceno o el Pleistoceno? ¿Podrían equipararse los efectos de la actividad humana, de siglos o milenios, con las mudanzas que se han producido en el pasado, como la creación y destrucción de océanos, las erupciones volcánicas masivas o el impacto de meteoritos? Aunque no se ha tomado una decisión sobre la existencia del Antropoceno, el comité de geólogos encargado de elaborar el informe para su valoración (al que pertenece Jan Zalasiewicz) ha encontrado suficientes pruebas para sostener que el Antropoceno debe incluirse en la escala geológica oficial de tiempo. 

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