sábado, 8 de diciembre de 2018

Iatrogenia, cuando la medicina daña


La medicina, en contra de lo que creen muchos médicos, no siempre cura. Se nombra iatrogenia al daño causado por un acto médico; pero no es iatrogenia el caso fortuito o si hay intención de provocar daño. La iatrogenia es más frecuente de lo que pensamos: un estudio realizado, en 1981, con ochocientos quince pacientes ingresados en un hospital en EE. UU., descubrió que el treinta y seis por ciento de ellos sufrió alguna afección iatrogénica, que provocó lesiones graves o puso en peligró la vida del nueve por ciento de los pacientes, y que contribuyó a la muerte del dos por ciento de ellos.
Durante el año 2000, se produjeron doscientas veinticinco mil defunciones debidas a efectos iatrogénicos, en EE. UU.: doce mil por cirugía innecesaria; siete mil por errores de medicación en hospitales; otros veinte mil errores en hospitales; ochenta mil infecciones dentro de los hospitales; y ciento seis mil debidas no al error, sino al efecto pernicioso de los medicamentos. La iatrogenia es la tercera causa de muerte en EE.UU., después de las enfermedades cardíacas y enfermedades cerebro-vasculares; y estas estimaciones no incluyen efectos negativos, como las molestias y enfermedades leves. Solamente las infecciones iatrogénicas nosocomiales (infección que aparece durante las primeras cuarenta y ocho horas después del ingreso hospitalario) superan como causa de muerte al SIDA, al cáncer de mama o a los accidentes de tráfico. Y estudios más recientes (2011) en Estados Unidos suben la cifra a quinientos ochenta y un mil óbitos anuales debido a la iatrogenia.​
En España los efectos adversos de los tratamientos médicos obligan a la hospitalización de trescientas cincuenta mil personas anuales: por abuso de las heparinas; por realizar chequeos en personas asintomáticas (producen falsos positivos); mueren, por cáncer de mama, el doble de mujeres con escoliosis infantil que sin ella ¿quizá por las radiografías?; salvo en casos excepcionales no se haga un TAC: recibe mucha radiación; desengáñese, la vitamina D no mejora la osteoporosis; use menos estatinas; el omeprazol tiene contraindicaciones; la mayor parte de los cánceres de próstata detectados por el PSA es sobre-diagnóstico, si viviéramos lo suficiente todos los varones acabaríamos desarrollando cáncer de próstata, pero moriríamos de otra cosa (el descubridor del antígeno PSA lo ha calificado de desastre social). ¿Quién da estos consejos? Veteranos médicos de familia españoles, por cierto, que han situado la atención primaria en España entre las tres mejores de Europa.

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