La
medicina, en contra de lo que creen muchos médicos, no siempre cura. Se nombra
iatrogenia al daño causado por un acto médico; pero no es iatrogenia el caso
fortuito o si hay intención de provocar daño. La iatrogenia es más frecuente de
lo que pensamos: un estudio realizado, en 1981, con ochocientos quince
pacientes ingresados en un hospital en EE. UU., descubrió que el treinta
y seis por ciento de ellos sufrió alguna afección iatrogénica, que provocó lesiones graves o puso en peligró la vida del nueve por ciento de los pacientes, y que contribuyó a la muerte del dos por ciento de ellos.
Durante
el año 2000, se produjeron doscientas veinticinco mil defunciones debidas a efectos
iatrogénicos, en EE. UU.: doce mil por cirugía innecesaria; siete mil por errores
de medicación en hospitales; otros veinte mil errores en hospitales; ochenta
mil infecciones dentro de los hospitales; y ciento seis mil debidas no al
error, sino al efecto pernicioso de los medicamentos. La iatrogenia es la
tercera causa de muerte en EE.UU., después de las enfermedades cardíacas y enfermedades
cerebro-vasculares; y estas estimaciones no incluyen efectos negativos, como las molestias y enfermedades leves. Solamente las infecciones iatrogénicas
nosocomiales (infección que aparece durante las primeras cuarenta y ocho horas
después del ingreso hospitalario) superan como causa de muerte al SIDA, al cáncer
de mama o a los accidentes de tráfico. Y estudios más recientes (2011) en
Estados Unidos suben la cifra a quinientos ochenta y un mil óbitos anuales
debido a la iatrogenia.
En
España los efectos adversos de los tratamientos médicos obligan a la
hospitalización de trescientas cincuenta mil personas anuales: por abuso de las heparinas; por realizar chequeos en
personas asintomáticas (producen falsos positivos); mueren, por cáncer de mama, el doble de mujeres con
escoliosis infantil que sin ella ¿quizá por las radiografías?; salvo en casos excepcionales no se haga un TAC: recibe mucha radiación; desengáñese, la vitamina D no mejora la
osteoporosis; use menos estatinas; el omeprazol tiene contraindicaciones; la mayor parte de los cánceres de próstata
detectados por el PSA es sobre-diagnóstico, si viviéramos lo suficiente todos
los varones acabaríamos desarrollando cáncer de próstata, pero moriríamos de
otra cosa (el descubridor del antígeno PSA lo ha calificado de desastre social).
¿Quién da estos consejos? Veteranos médicos de familia españoles, por cierto,
que han situado la atención primaria en España entre las tres mejores de
Europa.
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