Dice
un viejo refrán castellano “Cuando el diablo no sabe en qué perder el tiempo,
con el rabo se espanta las moscas”. Al escritor se le ocurren mejores maneras
de invertir el tiempo, una de ellas, consiste en averiguar qué criterios manejan
los científicos para decidir la bondad de una teoría física. Albert Einstein
distinguía dos, la confirmación externa, esto es los experimentos que aseguran la
validez de la teoría, y la perfección interna, que mide el grado de
consistencia y simplicidad lógica. Y, añadía el sabio, confieso que soy incapaz
de proporcionar definiciones más precisas. La falta de perfección interna de la
teoría de Maxwell, que rige todos los fenómenos eléctricos, magnéticos y
ópticos, molestó a Paul Dirac, el sabio que había predicho la existencia de la
antimateria: le incordiaba la aparente asimetría de las ecuaciones. Para que la
interacción entre el campo eléctrico y el magnético fuese simétrica, en el año
1931, elaboró una teoría cuántica del electromagnetismo en la que introdujo los
monopolos magnéticos: eliminaba así las -para él- desagradables anormalidades.
¿Qué
son los monopolos a los que se refería el sabio inglés? Un imán tiene dos polos
—apellidados norte y sur respectivamente—; pero si se corta un en dos partes,
cada una tendrá de nuevo los dos polos magnéticos: no existe un polo norte o uno
sur aislado, un monopolo. Según la teoría propuesta por Dirac los monopolos
magnéticos, de existir, serían partículas que poseerían la mínima carga
magnética y tendrían el comportamiento de un polo magnético aislado norte o sur;
se asemejarían a los electrones y positrones, que tienen la mínima carga
eléctrica (negativa o positiva, respectivamente).
¿Existen
los monopolos en la naturaleza? Ningún
experimento los ha encontrado hasta ahora. ¿Ninguno? En 1982, Blas Cabrera
Navarro aparentemente logró detectar el paso de uno en su laboratorio de la
Universidad de Stanford. No se ha podido repetir la medición, bien debido a la
bajísima probabilidad de hallar uno por azar o bien debido a un error o engaño
al investigador. En 2014, M. W. Ray, E. Ruokokoski, S. Kandel, M. Möttönen y D.
S. Hall han logrado crear, identificar y fotografiar en su laboratorio monopolos
de Dirac, aunque en condiciones muy exóticas; concretamente, en un campo
magnético sintético producido en un condensado de Bose-Einstein. Y sí, esta vez
la evidencia experimental es concluyente.
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