Meditaba
sobre la ambivalencia del oxígeno: imprescindible para la vida y, al mismo
tiempo, grave inconveniente para la industria como causante de la corrosión. La
corrosión es más costosa de lo que imaginaba; apenas perceptible en un único artefacto,
mundialmente se disuelven unos cinco mil kilos de hierro cada pocos segundos; y
no se trata sólo de pérdidas monetarias, la ruptura de una pieza puede causar
peligrosos accidentes. El proceso se debe a la reacción del hierro (o del acero)
con el oxígeno procedente del aire o disuelto en el agua marina, que lo
convierte en óxido. La industria dedica muchos esfuerzos a neutralizarla ¿Sabe
el lector que muchos barcos llevan placas de zinc pegadas al casco para
evitarla? ¿Sabe que su calentador de agua doméstico contiene una barra de
magnesio, que cambiará todos los años, para protegerse del óxido?
En
nuestro metabolismo así como en el de los otros animales y en el de los
vegetales se presenta la misma paradoja; porque si bien es cierto que las reacciones
de oxidación (con oxígeno) son cruciales para la vida, también los es que el
oxígeno daña las células produciendo sustancias muy reactivas (tales como
radicales libres) que modifican las biomoléculas. Los seres vivos se protegen
–igual que la industria- inventando una red de metabolitos y enzimas
antioxidantes capaces de prevenir la oxidación (porque anulan a los radicales
libres) e impiden el daño al ADN, proteínas y lípidos que componen las células.
Sistemas antioxidantes que pueden ser moléculas, como el glutatión, la vitamina
C y vitamina E, o enzimas, como la catalasa, la superóxido dismutasa y varias
peroxidasas; cantidades bajas de aquéllas o el mal funcionamiento de éstas
causa estrés oxidativo, que puede dañar o incluso matar a las células. Efecto que ha sido asociado a enfermedades como los accidentes cerebro-vasculares o las
enfermedades neurodegenerativas; sin embargo, todavía se desconoce si el estrés
oxidativo es causa o consecuencia de la patología. ¿Qué el lector es un poco
aprensivo? Sepa que los antioxidantes se encuentran en el ajo, coliflor,
brócoli, berenjena, perejil, cebolla, naranjas, limones, tomates, té, café,
romero; sepa también que, aunque algunos ensayos clínicos han suministrado
pruebas de que los suplementos antioxidantes proporcionan beneficios para la
salud, otros no han detectado ventaja alguna; y no olvide que tanto el defecto
como el exceso puede ser dañino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario