Si
bien es verdad que el altruismo humano alcanza cotas inimaginables no es menos
cierto que horroriza los extremos a que puede llegar nuestra crueldad. Y eso le
ocurrirá a cualquier persona sensible que conozca la vida de Vlad III, príncipe
de Valaquia (región de Rumania). Entre 1456 y 1462, según crónicas de la época,
este tenebroso personaje efectuó brutales masacres, arrasó ciudades y exterminó
entre cuarenta y cien mil personas, hombres, mujeres y niños, y no matándolos
de cualquier manera, su afición por el empalamiento provocó que sus
contemporáneos lo apodaran el empalador. Aclaro al horrorizado lector que esta técnica
de tortura consiste en introducir un palo de tres metros y medio por el recto y
después levantarlo para que la víctima muera lentamente. En Vlad se inspiró Bram
Stoker para crear el tétrico personaje del Conde Drácula, el vampiro que se
alimentaba de sangre humana. La sangre joven rejuvenece. ¡No!, no se engañe el
escéptico lector, esta frase no la he copiado de la novela de Bram Stoker, es
la conclusión a la que han llegado los autores de una cuidadosa investigación -publicada
en las revistas Science y Nature Medicine- y elegida entre las más importantes
de 2014.
Algo
en la sangre de los ratones jóvenes (de dos meses) es capaz de rejuvenecer el
músculo y el cerebro de los ratones viejos (de veintidós meses); considere el extrañado
lector que estos roedores no suelen vivir más de dos años. Y viceversa, la
sangre procedente de los animales viejos perjudica a los jóvenes. ¿Quién, qué
actúa? Las sospechas recayeron en una proteína de enrevesado nombre, el factor once
de diferenciación del crecimiento celular (GDF-11); se trata de una molécula que
mejora la irrigación sanguínea del cerebro y provoca la fabricación de nuevas
neuronas en el hipocampo -mejorando el aprendizaje- y en el bulbo olfatorio
-permitiendo recuperar parte del olfato perdido-. Algo parecido ocurre en el
músculo y el corazón de los ratones que reciben el GDF-11, aumenta su fuerza y
capacidad de hacer ejercicio.
Los
esperanzadores resultados obtenidos en los roedores han estimulado a los
investigadores, que han diseñado nuevas pruebas para averiguar si en el cerebro
humano se produce un rejuvenecimiento semejante. Dieciocho pacientes de la
devastadora enfermedad de Alzhéimer participan en un ensayo clínico: se trata
de comprobar los efectos que el plasma de personas jóvenes tiene sobre su
patología. Intrigado, espero el resultado.
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