Se
cuentan por centenares de millones los enfermos con bocio; una enfermedad bien
fácil de identificar por el crecimiento desmesurado de la glándula tiroides en
el cuello. Si añado que la hormona tiroidea contiene yodo en su molécula se
comprenderá perfectamente que la principal causa de los trastornos del tiroides
sea la deficiencia de yodo en la dieta; deficiencia que se debe a la ausencia
del oligoelemento en el suelo donde se cultivan los vegetales y en las aguas
que sirven para beber. Sin embargo, los epidemiólogos han comprobado que el
bocio es endémico en algunas partes del mundo en las que la ingesta de yodo es
adecuada; tal hecho parece indicarnos que los compuestos que impiden que la
glándula produzca la hormona tiroidea (llamados bociógenos, por los expertos) tienen
gran influencia.
Los
bioquímicos ya han identificado dos clases de estos indeseables compuestos
bociógenos en los alimentos: los glucosinolatos que contienen las hortalizas
del género Brassica (coles, repollo, coliflor, coles de Bruselas, brócoli,
mostaza, colza, nabos, nabizas) y los glucósidos que llevan las almendras, la
yuca y las semillas de los frutos del género Prunus (ciruelo, melocotón,
albaricoque y cerezo). Los primeros pueden descomponerse dando oxazolidina, que
impide la síntesis de la hormona tiroidea, y tiocianatos, que impiden la
incorporación del yodo a la glándula; los segundos producen cianuro, que reacciona
con el azufre –ambiental o corporal- produciendo tiocianatos. Afortunadamente, el
consumo de estas hortalizas cocinadas no implica riesgo para la salud porque el
calor de la cocción destruye el enzima que forma los compuestos tóxicos; sin
embargo, por precaución, se recomienda, a quienes padecen trastornos del
tiroides, que no consuman estas verduras con frecuencia. Tampoco supone riesgo
la ingestión de las exquisitas frutas mencionadas; pero sí evite comer sus
semillas: fallecieron niños por comer grandes cantidades de semillas de
albaricoque.
El
ambiente también es pródigo en desagradables bociógenos que hemos sintetizado
los humanos. La fuente de exposición al cianuro más común entre la población
española es la respiración del humo del tabaco; así se entiende que en las regiones
con deficiencia de yodo haya una fuerte asociación estadística entre el consumo
de tabaco y la prevalencia de bocio. También puede ser problemático, en caso de
incendios o quemas, que el humo de objetos de plástico (poliacrilaminas,
poliacrílicos, poliuretano) contenga cianuro que, en el peor de los casos,
matará al ingenuo que lo respire. ¡Ah!, me olvidaba de declarar que también liberan
tiocianatos algunos herbicidas, y rodenticidas, y tintes textiles, y...
3 comentarios:
Estimada amiga
Sólo puedo repetir lo que he escrito (aunque es cierto que los nombres de las sustancias pueden ser algo enrevesados):
1º La oxazolidina impide la síntesis de la hormona tiroidea.
2º Los tiocianatos impiden la incorporación del yodo a la glándula para formar la hormona tiroidea.
3º El cianuro, además de ser un potente veneno, se convierte en tiocianatos.
4º No hay duda que los alimentos mencionados tienen estos compuestos.
Saludos cordiales
Epi
Estimada amiga
Alta cantidad de cianuro en la sangre, debido al consumo de mandioca en los países tropicales, se ha relacionado con la disminución de la función de la tiroides; se debe a que se produce tiocianato, que el organismo forma a partir del cianuro, que afecta al buen funcionamiento de la glándula.
Saludos
Estimado amigo
Sí, también las semillas de las manzanas contienen el venenoso cianuro, aunque en cantidades mínimas. Pero no te preocupes, para consumir una dosis mortal deberías comer muchas (estimo que más que las que tiene un kilo de manzanas) y bien masticadas (si no las masticas, las eliminas, y no liberas el cianuro).
Saludos
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