sábado, 6 de septiembre de 2014

Bociógenos


Se cuentan por centenares de millones los enfermos con bocio; una enfermedad bien fácil de identificar por el crecimiento desmesurado de la glándula tiroides en el cuello. Si añado que la hormona tiroidea contiene yodo en su molécula se comprenderá perfectamente que la principal causa de los trastornos del tiroides sea la deficiencia de yodo en la dieta; deficiencia que se debe a la ausencia del oligoelemento en el suelo donde se cultivan los vegetales y en las aguas que sirven para beber. Sin embargo, los epidemiólogos han comprobado que el bocio es endémico en algunas partes del mundo en las que la ingesta de yodo es adecuada; tal hecho parece indicarnos que los compuestos que impiden que la glándula produzca la hormona tiroidea (llamados bociógenos, por los expertos) tienen gran influencia.

Los bioquímicos ya han identificado dos clases de estos indeseables compuestos bociógenos en los alimentos: los glucosinolatos que contienen las hortalizas del género Brassica (coles, repollo, coliflor, coles de Bruselas, brócoli, mostaza, colza, nabos, nabizas) y los glucósidos que llevan las almendras, la yuca y las semillas de los frutos del género Prunus (ciruelo, melocotón, albaricoque y cerezo). Los primeros pueden descomponerse dando oxazolidina, que impide la síntesis de la hormona tiroidea, y tiocianatos, que impiden la incorporación del yodo a la glándula; los segundos producen cianuro, que reacciona con el azufre –ambiental o corporal- produciendo tiocianatos. Afortunadamente, el consumo de estas hortalizas cocinadas no implica riesgo para la salud porque el calor de la cocción destruye el enzima que forma los compuestos tóxicos; sin embargo, por precaución, se recomienda, a quienes padecen trastornos del tiroides, que no consuman estas verduras con frecuencia. Tampoco supone riesgo la ingestión de las exquisitas frutas mencionadas; pero sí evite comer sus semillas: fallecieron niños por comer grandes cantidades de semillas de albaricoque.

El ambiente también es pródigo en desagradables bociógenos que hemos sintetizado los humanos. La fuente de exposición al cianuro más común entre la población española es la respiración del humo del tabaco; así se entiende que en las regiones con deficiencia de yodo haya una fuerte asociación estadística entre el consumo de tabaco y la prevalencia de bocio. También puede ser problemático, en caso de incendios o quemas, que el humo de objetos de plástico (poliacrilaminas, poliacrílicos, poliuretano) contenga cianuro que, en el peor de los casos, matará al ingenuo que lo respire. ¡Ah!, me olvidaba de declarar que también liberan tiocianatos algunos herbicidas, y rodenticidas, y tintes textiles, y...

3 comentarios:

C. Armesto dijo...

Estimada amiga

Sólo puedo repetir lo que he escrito (aunque es cierto que los nombres de las sustancias pueden ser algo enrevesados):

1º La oxazolidina impide la síntesis de la hormona tiroidea.
2º Los tiocianatos impiden la incorporación del yodo a la glándula para formar la hormona tiroidea.
3º El cianuro, además de ser un potente veneno, se convierte en tiocianatos.
4º No hay duda que los alimentos mencionados tienen estos compuestos.

Saludos cordiales
Epi

C. Armesto dijo...

Estimada amiga

Alta cantidad de cianuro en la sangre, debido al consumo de mandioca en los países tropicales, se ha relacionado con la disminución de la función de la tiroides; se debe a que se produce tiocianato, que el organismo forma a partir del cianuro, que afecta al buen funcionamiento de la glándula.

Saludos

C. Armesto dijo...

Estimado amigo

Sí, también las semillas de las manzanas contienen el venenoso cianuro, aunque en cantidades mínimas. Pero no te preocupes, para consumir una dosis mortal deberías comer muchas (estimo que más que las que tiene un kilo de manzanas) y bien masticadas (si no las masticas, las eliminas, y no liberas el cianuro).

Saludos