En
los EEUU y en el segundo decenio del siglo XXI, se llevó a cabo un singular torneo;
la tarea, construir el armazón de un vehículo militar. Competía un grupo de
expertos contra un robot acompañado de un ingeniero que seguía sus
instrucciones (leyó bien el sorprendido lector, el ingeniero seguía las
instrucciones del robot). El grupo de expertos realizó la labor en ochenta y
nueve horas; la pareja formada por el humano y la máquina efectuó el mismo
trabajo en diez horas (y el importe de su factura era un sexto de la anterior).
Sí, el futuro de las manufacturas pertenece a los robots; y para el diseño de
robots la teoría del control resulta esencial. Ayer, los ingenieros trataban de
regular automáticamente la temperatura de una calefacción, el rumbo de un avión
o la velocidad de un automóvil, mañana máquinas autónomas interaccionarán con humanos
en ambientes domésticos e industriales. ¿Se ha sorprendido el ingenuo lector? Pues
no son menos increíbles los controles que realizan nuestras células.
La
expresión de los genes, dicho con otras palabras, la conversión de la
información contenida en el ADN en proteínas ejecutoras, es un proceso sujeto a
múltiples controles, y las moléculas llamadas factores de transcripción constituyen
uno de ellos; uno en concreto, el NF-kB, se encuentra en la mayoría de las
células animales. La proteína apellidada NF-κB (iniciales de Nuclear Factor
kappa-light-chain-enhancer of activated B cells) se halla en el interior de una
célula, inactiva; cuando se activa, entra en el núcleo, y allí colabora en la
síntesis de ARNs mensajeros, de quienes depende la síntesis de las proteínas
que provocan el cambio en la célula. Sí, el NF-κB activado estimula la
expresión de genes, concretamente, de doscientos, en células de diferentes tipos,
¡nada menos! Y varios agentes -los radicales libres (sustancias muy activas que
atacan a las biomoléculas), la radiación ultravioleta, las citocinas
(mensajeros intercelulares), algunas moléculas transportadoras de colesterol (LDL
oxidadas), el estrés y los antígenos bacterianos o virales- activan a este
versátil factor de transcripción.
Los
biólogos han averiguado que el NF-κB juega un papel clave en la regulación de
la respuesta inmune; una activación inapropiada o una inhibición persistente guarda
relación con el cáncer, con enfermedades inflamatorias y autoinmunes, con el choque
séptico, con las infecciones virales o con un desarrollo inmune inadecuado; y
también -esto es más sorprendente- interviene en procesos de aprendizaje y
memoria. Sin duda, a los biólogos les interesa ser capaces de manipular a este
controlador.
2 comentarios:
Estimado amigo
Poco te puedo decir del vehículo autónomo que no sepas. Creo recordar que ha habido dos accidentes mortales.
Sí, me parece un desarrollo tecnológico magnífico que hará más seguro el transporte de personas por carretera.
Saludos cordiales.
Estimado amigo
1º La NF-kB más que una proteína es una familia de proteínas, que presentan pequeñas diferencias químicas entre ellas.
2º Muchos tumores humanos tienen activado (mal regulado) el NF-kB; en tal caso se expresan genes que hacer proliferar células que ,en otras condiciones, deberían morir por apoptosis. Resulta fácil deducir la importancia para la terapéutica oncológica que esto puede tener.
Saludos
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