sábado, 28 de diciembre de 2013

Genómica del cáncer


Cuando se empezaron a estudiar los primeros genomas, a principios de este siglo, secuenciar un tumor humano costaba unos cien mil dólares, ahora, cien veces menos. El gran abaratamiento de las técnicas de secuenciación de ADN ha permitido catalogar las mutaciones genéticas surgidas en las células corporales, no heredadas, que dirigen el crecimiento de los tumores. Unos artículos, publicados en 2013 en la revista Science, han resumido los últimos avances.

Unas pocas mutaciones genéticas -entre dos y ocho-, que se acumulan a lo largo de dos o tres decenios, desencadenan los principales cánceres humanos; con alguna puede nacerse, pero habitualmente surgen después y, en algunos, la causa es evidente: el humo del tabaco en el cáncer de pulmón, o la radiación solar ultravioleta en el de piel. Por desgracia, estas mutaciones críticas no son las mismas en todos los cánceres, sino específicas de cada tipo; por esta razón no hay ocho, sino ciento cuarenta genes conductores del cáncer (concretamente, ciento treinta y cinco en un melanoma, cuarenta y uno en el cáncer de próstata, treinta y tres en el de mama, u ocho en una leucemia). ¿Qué efecto tienen estas mutaciones? Aumentan el ritmo de división celular o reducen la cadencia de la muerte, y confieren así a la célula mutada una ventaja competitiva entre sus vecinas: su efecto acumulativo a lo largo de los años engendra un clon de células que si mutan otra vez, y otra, y otra… ¡Tranquilícese el aprensivo lector!, una peca ilustra el hecho de que una única mutación no suele ser maligna. Ciento cuarenta genes conductores del cáncer, aunque no son muchos, esconden una simplicidad subyacente: son componentes de sólo doce sistemas celulares, los que comunican el entorno de la célula -qué hormonas allí existen o qué hacen sus vecinas- con su núcleo, donde el genoma reside; ellos determinan su destino, si se debe convertir en célula muscular o renal, cuándo muere o a qué ritmo se divide, y ellos son la diana que los investigadores tratarán de regular.

Los oncólogos saben que el cáncer no es una enfermedad, sino doscientas distintas y que eso entraña una extraordinaria dificultad; afortunadamente curan la mitad y, mediante el diagnóstico precoz y la genómica, pretenden hacer lo mismo con la otra mitad. Los especialistas ya defienden que la mejor gestión del cáncer consistirá en un estudio genómico del paciente. ¿Es caro? Menos de ochocientos euros por persona puede resultar más barato que los gastos de la cirugía o la quimioterapia.

1 comentario:

C. Armesto dijo...

Estimado amigo

Recuerdo haber leído que los investigadores pretenden secuenciar el ADN individual por un precio de cien dólares. Y no falta mucho para conseguirlo.

Saludos cordiales
Epi