Para
los animales el oxígeno –necesario para respirar- es el más importante
componente de la atmósfera. Quizá el ilustrado lector suponga que la cantidad
de este imprescindible gas ha aumentado continuamente, desde que se formó la
Tierra hasta que su concentración llegó al veintiuno por ciento actual, la
cantidad que nos permite respirar cómodamente. No, no sucedió de esa manera.
Matthew
Saltzman ha reunido evidencias del cambio climático que se produjo hace unos
quinientos millones de años: levantamientos geológicos enfriaron el clima, lo
que produjo grandes cantidades de plancton que enviaron una colosal masa de
oxígeno a la atmósfera; por primera vez la composición atmosférica habría sido
similar a la actual. Según Robert Berner, la concentración del oxígeno sufrió
intensas fluctuaciones a lo largo de los últimos quinientos cuarenta millones
de años; alcanzó el treinta y cinco por ciento hace trescientos y bajó hasta el
doce por ciento hace doscientos cincuenta. La razón de la subida se debería al gran desarrollo de las plantas
leñosas en los continentes; las erupciones volcánicas suministraban dióxido de
carbono y los vegetales producían oxígeno, que no era consumido por oxidación
de la materia orgánica porque ésta quedaba enterrada en las marismas. La bajada
posterior pudo deberse a un clima más frío y seco, que no favorecía la
vegetación. Sí, probablemente había mecanismos reguladores: si aumenta la cantidad del oxígeno debido a que existen más
vegetales, se gastará más porque se intensifica la oxidación de las rocas, o
porque proliferan los microorganismos del suelo que oxidan la materia orgánica,
o porque aumenta la cantidad y magnitud de los incendios.
Para
Raymond Huey y Peter Ward, la disminución abrupta de la concentración de
oxígeno atmosférico constituyó un factor decisivo en la Gran Extinción de hace doscientos
cincuenta millones de años, la mayor de la historia de la Tierra, la que
aniquiló el noventa por ciento de la vida marina y las tres cuartas partes de
la terrestre. La mayor parte del terreno sobre el nivel del mar se tornó inhabitable
para muchos seres vivos, porque, cuando la concentración de oxígeno alcanzó el
doce por ciento, respirar al nivel del mar se volvió tan difícil como respirar
hoy a cinco mil trescientos metros de altitud.
Y
seguimos quemando carbón, quemando petróleo, quemando gas, consumiendo oxígeno…
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