Mil
millones de famélicos en todo el mundo sufren, desde el año 2007, la escalada
en los precios de los alimentos. Probablemente el lector agobiado recluirá en
el desván de su mente la causa de la crisis alimentaria mundial, porque aliviar
el hambre del mundo es un fenómeno complejo que –cree- no guarda relación con
la súbita escalada de precios. En 2011, -arguye Timothy Searchinger- la
producción agrícola no ha disminuido, sin embargo ha aumentado la demanda; de
cereales y azúcares casi se ha duplicado y la de aceites vegetales se ha
elevado un cuarenta por ciento. ¿El responsable? Los biocombustibles. Tenemos
la imperiosa obligación -concluye Searchinger- de alimentar a los hambrientos,
y los biocombustibles están minando nuestra capacidad de hacerlo;
desgraciadamente la mayoría de los expertos infravalora este efecto.
¿Qué
son los biocombustibles? Materia orgánica –biomasa- utilizable como fuente de
energía; que se obtiene de especies agrícolas, -como la caña de azúcar, el maíz
o la mandioca-, de plantas oleaginosas, -como la soja, el girasol o las
palmas-, e incluso de especies forestales, -como los eucaliptos o pinos-. Ya se
emplea el bioetanol, obtenido por la fermentación de la caña de azúcar o del
maíz, siendo Brasil y Estados Unidos los principales productores; también el
biodiesel, elaborado a partir de grasas animales y de aceites vegetales, como
los de soja, colza o girasol; y el biogás -principalmente metano y monóxido de
carbono-, obtenido mediante la fermentación de materia orgánica: excrementos
animales, subproductos de la caña de azúcar, residuos de mataderos, destilerías
y fábricas de levadura, residuos del café, y materia seca vegetal. Aclaro que
los desechos agrícolas y forestales más abundantes, los ricos en celulosa, se
desechan porque no resultan rentables.
¿Las
ventajas? Los seres vivos –la biomasa- absorben el dióxido de carbono de la
atmósfera que después emiten al quemarlos; un balance nulo en el caso de usos
tradicionales, pero en los procesos industriales resulta inevitable utilizar un
suplemento de energía (en maquinaria, transporte o consumo de agua), por lo que
resulta una emisión neta de dióxido de carbono a la atmósfera. El mayor
inconveniente de los biocombustibles, sin embargo, consiste en la utilización
de vegetales comestibles para producirlos; o en el cambio del uso de las tierras
dedicadas a producir alimentos por el cultivo de vegetales destinados a
biocombustibles; o incluso, provocando la desforestación o desecación de
selvas, ya que al subir el precio de los biocombustibles se financia la tala.
7 comentarios:
Estimado amigo
Conviene no confundir el metanol o alcohol metílico con el etanol o alcohol etílico, se trata de sustancias distintas, aunque ambas sean alcoholes: fíjate si son distintas que el metanol es un poderoso veneno.
Hace años, en España, unos vinateros egoístas echaron metanol en vez de etanol al vino que tenían, para aumentar su graduación: murieron quienes bebieron el vino adulterado.
Saludos cordiales
Epi
Estimado amigo
Es verdad que, en los últimos años, se han descubierto unos hongos (Glocladium roseum) en la Patagonia que pueden convertir la celulosa en hidrocarburos muy similares a los del gasóleo; sin embargo, ese hecho no altera la argumentación.
Saludos cordiales
Epi
Estimado amigo
1º La energía solar fotovoltaica se obtiene convirtiendo la luz solar en electricidad: se emplea una tecnología basada en el efecto fotoeléctrico.
2º En 2018 Iberdrola anunció la construcción en Badajoz de una planta fotovoltaica de 391 megavatios y en 2019 también en Extremadura otra de 590 megavatios que sería la planta solar fotovoltaica más grande de Europa.
3º Puedes comprobar que la energía solar es una realidad.
Saludos
Estimado amigo
1º No todos los biocombustibles proceden de cultivos agrícolas (bioetanol o biodiésel), hay otros biocombustibles. Los principales biocombustibles sólidos son los pellets, las astillas de madera, los huesos de aceitunas y la leña tradicional.
2º Los pellets son residuos forestales o residuos procedentes de las industrias madereras convertidos en virutas, secos y prensados en forma de pequeños cilindros.
Saludos
Estimado amigo
1º La descarbonización es el proceso de reducción de emisiones de carbono, sobre todo de dióxido de carbono, a la atmósfera, para lograr la neutralidad en carbono (que se emita tanto como se absorba).
2º Para hacerlo es necesario un cambio estructural que elimine el carbono de la producción de energía.
3º La electricidad probablemente sea la opción más eficaz para descarbonizar la económía al menor coste. Descarbonizar el sector eléctrico se puede hacer mediante la generación eléctrica renovable (hasta el 85 %, por lo menos) y mediante el fomento del almacenamiento eficiente.
4º Se pueden descarbonizar otros sectores de la economía con electricidad: el transporte (a través del vehículo eléctrico) y la edificación (a través de bombas de calor eléctricas).
5º En la sexta parte del consumo energético la electrificación no es posible (barcos, aviones…) o no es competitiva en estos momentos; en tal caso la reducción de emisiones de carbono requiere el uso de combustibles descarbonizados, como puede ser el hidrógeno u otras soluciones innovadoras.
Saludos
Estimado amigo
No es el dióxido de carbono el único gas con efecto invernadero que debemos limitar. El metano es otro gas invernadero algo más de veinte veces más potente que el dióxido de carbono, aunque hay doscientas y pico veces menos metano que dióxido de carbono en la atmósfera. Dicho lo cual añadiré que hay una enorme cantidad de metano como clatratos de metano en el fondo de los océanos y metano en el permafrost (suelo helado) que, si se calienta el mar o descongela el Ártico, irían a parar a la atmósfera.
Saludos
Estimado amigo
Te puedo indicar el número de personas a las que afecta.
Copio de un documento de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura): En la última edición de “El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo”, publicado el 13 de julio de 2020, se estima que casi 690 millones de personas pasaban hambre en 2019. Asia sigue albergando al número más elevado de personas subalimentadas (381 millones), África ocupa el segundo lugar (250 millones), seguida de América Latina y el Caribe (48 millones). El porcentaje de personas hambrientas (8,9 %) apenas ha variado poco, pero los números absolutos han aumentado desde 2014.
Saludos
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