sábado, 18 de febrero de 2012

Leyes de circulación planetaria

No sólo los calendarios y estaciones, mareas y eclipses tienen una base astronómica, otros aspectos terrestres menos evidentes como el origen de los océanos o la causa de algunas extinciones biológicas masivas, también se explican recurriendo a los astros. El lector inteligente inmediatamente se preguntará, ¿cuántos astros hay en el sistema solar? Hago el inventario: una estrella, ocho planetas, cinco planetas enanos, ciento setenta y tres satélites, mil millones de asteroides y un billón de cometas componen nuestro vecindario astronómico. El observador diligente pronto se percata que el movimiento de todos estos objetos no es caótico, los astros siguen unas pautas, unas normas de circulación, que hemos llamado leyes de Kepler en honor a su descubridor.

La primera ley establece que los planetas se mueven alrededor del Sol por unos caminos –las órbitas-, que tienen la forma de una elipse, en la que el Sol no ocupa el centro, sino uno de los focos. Deducimos de esta norma que unas veces el planeta se encuentra más cerca y otra más lejos del Sol; la Tierra se encuentra cerca del astro rey durante el invierno y alejada durante el verano; si el lector candoroso se ha sorprendido recuerde que no es la proximidad a la estrella, sino la inclinación del eje de rotación terrestre, la que marca las estaciones.

La segunda ley afirma que la velocidad de los planetas aumenta cuanto más cerca están del Sol. Refiriéndonos a la Tierra: cuente el lector puntilloso los días del semestre que agrupa al otoño e invierno, y encontrará que tiene unos días menos que el semestre de la primavera y verano: nos movemos más rápidamente en invierno.

La tercera ley indica que el tiempo que tarda un planeta en recorrer su órbita es proporcional a su distancia media al Sol; o lo que es sinónimo, que los planetas lejanos se mueven más lentamente que los cercanos. Ningún lector longevo vivirá lo que dura el año de Neptuno, ciento sesenta y cuatro interminables años terrestres; en cambio a Mercurio, para los romanos el veloz dios del comercio, le llegan tres meses escasos para completar una vuelta alrededor de la estrella.

Las leyes elaboradas por un parlamento suelen acaban con anexos: a éstas les sucede lo mismo. Todos los planetas recorren su órbita alrededor del Sol, aproximadamente, en el mismo plano y en sentido contrario a las agujas del reloj (mirando desde el polo norte). Ya termino: no quisiera cargar con el incómodo sambenito de leguleyo.

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