¿Qué contiene el
universo? Humanos, seres vivos, planetas, estrellas, galaxias: en resumen,
materia. ¿Nada más? Luz, o sea radiación, o dicho con otras palabras, energía. Eso
es todo. Preguntémonos ahora por la cantidad: el fondo cósmico de microondas
nos proporciona la densidad total de energía y materia del universo (su
densidad crítica). Deberíamos obtener el mismo valor si efectuásemos el cómputo
por partes: observemos el universo con telescopios y midamos la densidad de la
materia (visible o potencialmente visible) que contiene; obtenemos el cinco por
ciento de la densidad crítica; cinco milésimas del uno por ciento de la
densidad crítica se debe a la radiación y el cero como tres por ciento a los
neutrinos, las partículas más minúsculas de la materia. Fíjese el lector atento
que ya hemos agotado todos los componentes del universo y aún queda el noventa
y cinco por ciento de la materia y energía sin conocer. Los astrónomos observan
que las galaxias se mueven como si tuvieran más materia que la visible; de ésta
y otras pruebas deducen que existen partículas de materia desconocida a las que
no les afecta la luz (son invisibles), pero sí la gravedad; esta materia, que llamaron
materia oscura, representa el veinticinco por ciento de la densidad crítica. Hemos
avanzado mucho, pero aún queda el setenta por ciento del cómputo global de
materia y energía… y no sabemos en qué consiste.
En el año 1998 se
descubrió -por observación de las supernovas- que el universo no sólo se
expande, sino que lo hace aceleradamente. ¿A qué se debe? Los físicos idearon un
fluido cósmico repulsivo –técnicamente apellidado energía oscura- que se
contrapone a la gravedad. No saben en qué consiste, pero tienen sospechas; podría
ser una peculiar forma de energía inherente al espacio vacío, que Einstein
llamó constante cosmológica. De ser así se plantea un grave problema, porque, aunque
matemáticamente equivalentes, la constante cosmológica y la energía del vacío
divergen en su significado; aquélla constituye una propiedad del espacio y ésta
la energía de las partículas virtuales que existen en el vacío. Y si sólo fuera
eso… Al calcular teóricamente la densidad de energía del vacío -e
indirectamente de la constante cosmológica- obtenemos un valor que resulta superior
a la densidad crítica del universo en un número que contiene ciento veinte cifras.
Jamás en la historia de la física hubo una diferencia tan gigantesca entre la
teoría y la observación. Amigo lector quizá tú seas capaz de enderezar el
entuerto.
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