sábado, 17 de septiembre de 2011

Sonámbulos

Nuestros contemporáneos usan los transportes, los medios de comunicación y la medicina sin considerar que son el resultado de una manera de adquirir conocimientos que hemos acordado en llamar ciencia. Pero ni siempre ha sido así, ni podemos asegurar que la ciencia perdurará en el futuro. Arthur Koestler nos alecciona sobre ello en un magnífico libro “Los sonámbulos. El origen y desarrollo de la cosmología”. El ensayo tiene tres protagonistas un canónigo tímido, un genio buscador de la belleza y un profesor extraordinariamente soberbio; con Copérnico, Kepler y Galileo, el autor monta una trama cuyo objetivo es mostrarnos el camino que siguió el conocimiento humano del cosmos; desde variopintas creencias hasta llegar a la comprensión de la realidad. Y –argumenta- no fue inevitable que hubiera sucedido. Conseguir que Copérnico publicase “De las revoluciones de los cuerpos celestes”, en el que afirmaba que la Tierra gira alrededor del Sol, resultó una tarea de titanes. Kepler y Galileo convirtieron la astronomía en ciencia: emociona la ciclópea lucha que mantuvo el primero con Tycho Brahe para le prestase sus datos astronómicos; y apabulla la soberbia del segundo en sus apasionados debates con sus colegas. Antes de estos lances Koestler dedica el prólogo a los sabios griegos que descubrieron que la razón y no el mito era el instrumento para indagar en la naturaleza; y consagra el epílogo al genio de Newton: su teoría del cosmos se asemeja a la nuestra.

Desde el 1600 la ciencia ha progresado continuamente, eso nos tienta a creer que el avance del conocimiento ha sido un proceso ininterrumpido desde el inicio de la civilización hasta nosotros. No sucedió así; y debería maravillarnos la cortedad de los tramos en los que prevaleció el pensamiento racional. En el siglo sexto antes de Cristo los sabios sabían que la Tierra era una esfera y habían medido su tamaño, sin embargo en el siglo sexto después de Cristo afirmaban que la Tierra era un disco o que tenía la forma de un tabernáculo: el conocimiento ni había avanzado, ni se había estancado: había retrocedido.

Desde la aparición de la humanidad hasta el siglo sexto antes de Cristo, la senda del conocimiento atravesó un oscuro túnel lleno de mitos; a continuación, durante unos pocos siglos, quizá tres, una luz intensa –la razón- iluminó la ruta, seguidamente nos sumergimos de nuevo en la oscuridad repleta de sueños distintos, de la que no salimos hasta el siglo XVI, cuando apareció la ciencia. Ella nos alumbra… por ahora.

17 comentarios:

Aprendiz dijo...

Tendemos a olvidarlo, Koestler nos lo recuerda; la ciencia no ha seguido un camino lineal. Su metodología convive con “océanos de anomalías” .Copérnico llegó al heliocentrismo sin una aportación empírica, sin hechos experimentales que corroborasen su teoría; exclusivamente por la bella simplicidad de su cálculo. Era positivista, su realismo era una creencia cuasi-religiosa al no ser posible demostrarla. Esto es, Copérnico desarrolla un juego matemático de una extremada sencillez para explicar las trayectorias celestes, cree que el Sistema solar se comporta así pero no puede aportar ningún dato.
Hace meses me hablabas del científico como un “oportunista inescrupuloso”, combinando realismo, idealismo y positivismo. ¡Qué listos sois los científicos¡ Una teoría científica debe ser valiente y calificar su grado epistemológico, si solo es un juego matemático (Ptolomeo), un juego matemático que se puede dar en la realidad aunque se vea incapaz de verificarlo (Copérnico), un juego matemático verificable (Newton). La cita es de Einstein, un realista. Su maravillosa predicción de la curvatura del espacio con la estrella detrás de la luna lo confirma .Su teoría no es un artificio matemático.
La ciencia no puede explicar porque se adoptó el heliocentrismo antes de que pudiera ser confirmado (por ejemplo por los sistemas inerciales de Galileo), fue una conjetura exitosa no científica, no racional, basada en la creencia. Acertó por casualidad. Que la grandeza de la ciencia no nos oculte sus errores.
Gracias por tu maravilloso blog, siempre me sugiere problemas nuevos
Un saludo.-

C. Armesto dijo...

Estimado amigo

Estoy de acuerdo contigo en resaltar los enormes errores cometidos por los científicos en diversos momentos de la historia; ello no debe impedir que recordemos que poner en cuestión (con argumentos y observaciones) las leyes de la ciencia forma parte fundamental de la labor científica.

Hay un punto que mencionas, que no lo entiendo de la misma manera que tú: estimo que ni la creencia ni el azar fueron el motivo principal por el que se adoptó el heliocentrismo, aunque tanto uno como la otra intervinieron. ¿Había razones científicas para apoyar el heliocentrismo? Sí. ¿Esas razones eran concluyentes? No. Tanto la teoría de Ptolomeo, como la de Aristarco o la de Tycho Brahe (a medio camino entre una y otra) explicaban las observaciones astronómicas. Y en caso de disponer de varias teorías (como era el caso), lo correcto sería esperar a que nuevas observaciones discriminaran unas teorías de otras (la observación del paralaje de las estrellas era crucial).

El azar (así creo que lo interpreta Koestler) intervino de otra manera. No fue inevitable que Kepler existiera, no fue inevitable que Kepler convenciera a Brahe, no fue inevitable que naciera Galileo o Newton, etc. Ahí es donde creo que reside el azar.

Copio unos párrafos de un precioso libro divulgativo de Bertrand Russel (La perspectiva científica) que me gustan mucho: “Es costumbre entre cierta escuela de sociólogos menospreciar la importancia de la inteligencia y atribuir todos los grandes sucesos a grandes causas impersonales. Juzgo esto una completa ilusión. Creo que si cien de los hombres del siglo XVII hubiesen muerto en la infancia, no existiría el mundo moderno.” Y se debe al azar que esos hombres hayan existido.

Saludos afectuosos de Epi

Aprendiz dijo...

“Gracias por tu amable respuesta. Perdona la extensión de mi comentario y si no es adecuado para las intenciones de tu blog.
COINCIDENCIAS: La ciencia es la mejor creación humana. La ciencia no siempre da respuestas exitosas, cometen errores.
DISCREPANCIAS. Permíteme que me apoye en un libro fantástico “La revolución científica” de Manuel Sellés y Carlos Solís, pondré entre comillas algunas citas con la página.
Dividido en tesis:
1.-Copérnico construye un modelo matemático. Un modelo es un artificio para encajar observaciones. Con las tablas de la época cabían varios modelos, Ptolomeo, Copérnico, Tycho Brahe. Un modelo en sí mismo no habla del comportamiento de la naturaleza, no predice. “Los astrónomos profesionales llegaron a usar su teoría tomando el movimiento de la Tierra como uno de esos expedientes irreales pero efectivos para el cómputo (del estilo de decir que en Kalahari hay 0.25 habitantes por kilómetro cuadrado)” pág. 65

2.-Su modelo matemático no podía ser una teoría física. La razón no eran las numerosas insuficiencias explicativas (trayectorias circulares, falta del concepto inercial de Galileo, el paralaje que tú apuntas, el imposible movimiento terrestre); sabemos que las teorías conviven con ingentes anomalías y no por ello se desechan. La razón es otra. Todas sus observaciones empíricas van dirigidas a ser tratadas de modo geométrico. “Eso indicaba Kepler al decir que Copérnico no se ocupa de la naturaleza, sino de los modelos de Ptolomeo que tenía por cuantitativamente justos”. Pág 82

3.El modelo ptolemaico y copernicano son artificios geométricos para hacerlos coincidir con las observaciones. ¿Por qué se impuso el segundo? Por su armoniosa simplicidad; en lo demás eran idénticos.
La elección de lo simple, ordenado y armonioso (navaja de Ockham) es un principio heurístico, es decir una guía, no un principio. Si la ciencia lo tomase como un principio abandonaría la turbia mecánica relativista por la comodidad de la newtoniana. "La interpretación más lógica para quien tenga los intereses y la actitud intelectual adecuada es que el heliocentrismo es la disposición propia del cosmos, y por eso todo encaja, se simplifica y ordena a la perfección" pág 81
4. Copérnico es realista (aunque en el prefacio de su obra le hacen decir que es positivista), piensa que el sistema solar se comporta así. No puede alegar ningún dato experimental, ningún hecho empírico. ¿Por qué lo cree entonces? Por razones metafísicas, “el culto solar y astral del neoplatonismo, la metafísica de la luz que se expande desde el centro creando el mundo y la insistencia en la estructura matemática del cosmos”, pág 66
5.La metafísica condiciona la física, es decir la ciencia. Galileo hablaba de la trinidad teológica para referirse al sol, astros y espacio. Newton pensaba que Dios había derramado una energía constante en el universo (espacio y tiempo absolutos). La metafísica de la simplicidad.
6.Aquí es donde quería llegar, los prejuicios metafísicos “ayudaron” al desarrollo de la ciencia, establecieron premisas iniciales que la época no permitía o que no sabían o no podían fundamentar; la ciencia debe examinarlos, no tratarlos como auténticas premisas científicas por haberse convertido en teorías exitosas.
Tú tesis es que había razones científicas para mantener el copernicanismo aunque no concluyentes.
Mi tesis es que no eran científicas sino metafísicas; al verse confirmadas años después tendemos a darle el estatus de bien argumentadas y epistemológicamente inequivocas. Copérnico tuvo una intuición fructífera, no una argumentación científica.
Disculpa, otra vez, si mi extenso comentario no se adapta a las intenciones de tu blog.
Gracias.-

C. Armesto dijo...

Estimado amigo Aprendiz

Como hasta Galileo no existe un método científico moderno, tienes razón al afirmar que Copérnico eligió su teoría por motivos no científicos (metafísicos, quizá). Pero creo que no es esa la cuestión, el problema lo formularía de la siguiente manera ¿si un científico actual se encontrase en la piel de Copérnico o Aristarco había razones científicas para elegir la teoría heliocéntrica? Respondo afirmativamente. La teoría de Aristarco presenta una ventaja inmediata: permite a los planetas aproximarse a la Tierra en unas ocasiones y en otras alejarse: da así una explicación a las observaciones, de otro modo inexplicables, de la variación del brillo de los planetas durante el año. Sí hay, por tanto, una razón física y no metafísica para preferir una a otra teoría.

¿Crees que es más sencillo el modelo heliocéntrico que el geocéntrico? Discrepo. Si fuera contemporáneo de Copérnico la navaja de Ockham me llevaría a aceptar lo evidente: el Sol gira alrededor de la Tierra, y no tienes más que asomarte a la ventana para comprobarlo. Sucede lo mismo por la noche, la mejor y más sencilla manera de explicar el movimiento nocturno es el modelo geocéntrico. El movimiento de miles de estrellas queda perfectamente explicado: sólo se comportan de manera anárquica cinco astros errantes (no importa que ahora les llamemos planetas). Además, ¿cómo explicamos el cambio de tamaño de la Luna con la teoría heliocéntrica? Imposible antes de Kepler. Posible con los epiciclos de Ptolomeo.

Retomo la cuestión principal ¿hay razones científicas para elegir el modelo heliocéntrico? Sí. ¿Son concluyentes? No. ¿Qué hacer? Esperar nuevos datos.
Antes del trabajo de Kepler considero que un científico sin prejuicios debería preferir, a pesar de sus fallos, la teoría de Aristóteles. Después de Kepler, con los datos de Brahe encajonados en leyes; un científico debería de decantarse por la teoría heliocéntrica y esperar a que se midiese el paralaje.

Concluyo: aunque haya razones metafísicas para una u otra preferencia –siempre las hay-, la base de mi argumentación es científica.

Saludos cordiales
Epi

Aprendiz dijo...

Discrepo en lo fundamental.
1.-Dices que el sistema de Aristarco permite explicar mejor las observaciones, en este caso la variación del brillo. El sistema Ptolemaico también. El epiciclo oscila sobre el deferente acercando y alejando el planeta. Las excéntricas eran artificios, respetando la circularidad y el movimiento constante, que situaban a la tierra no en el centro geométrico del deferente con la finalidad de explicar el cambio de brillo. Dice Sellés : “Con Ptolomeo se tuvieron por primera vez teóricas planetarias, además de la solar y lunar, capaces de funcionar con precisión cuantitativa, confiando en que el ajuste de los parámetros podría acomodar cualesquiera discrepancias con los fenómenos observados” pág 73
2.-La diferencia de brillo no es un criterio empírico para decantarse por una teoría.
3.-. El modelo matemático de Ptolomeo era complejísimo, se explicaba en las facultades de matemáticas, no de filosofía natural. El modelo matemático de Copérnico era más accesible y operable. La astronomía era una técnica matemática, geométrica; primaba el orden de los números, la simplicidad de la circunferencia.
4.-El geocentrismo, como modelo físico, explicaba las observaciones y satisfacía el sentido común de una tierra estática. El heliocentrismo, como modelo físico, explicaba igualmente las observaciones pero quedaba invalidado al defender el movimiento terrestre.
5.-Cuando dos teorías compiten necesitan que una observación neutral decida. Las observaciones de los modelos físicos de Ptolomeo y Copérnico eran idénticas; no permitían un criterio de decisión, se adaptaban a las observaciones de la época, el movimiento terrestre era una engorrosa e intolerable consecuencia luego ¿Por qué se adoptó? ¿De dónde surge el convencimiento de Copérnico? ¿Por qué Kepler parte del heliocentrismo siendo tan poco intuitivo?
4.-Acabemos con tu pregunta ¿Hay razones científicas para elegir el modelo heliocéntrico? Como modelo matemático su simplicidad. No hay diferencias sustantivas referidas a su naturaleza física. Sellés “Sólo quienes creían realmente en la capacidad de las matemáticas para encontrar la economía del cosmos podían poner las armonías descubiertas por Copérnico muy por encima de las desventajas del movimiento de nuestro hogar” pág 83
5.-Mi tesis es que la certeza de Copérnico nace de principios metafísicos no homologables con enunciados científicos. Un científico actual sería geocéntrico
Perdona otra vez la extensión. Confío en que no te parezcan cuestiones bizantinas o nominales y si crees que el tema está agotado o no te interesa dímelo.-
Gracias por tu paciencia.

C. Armesto dijo...

Estimado amigo aprendiz

Ya dije en la entrada del comentario anterior que un científico moderno, trasladado a la época clásica, y con los datos empíricos que poseían los griegos, adoptaría la teoría astronómica de Hiparco, completada por Ptolomeo, y sustentada en la teoría física del mundo que proponía Aristóteles. Ventajas: Ptolomeo da una descripción suficientemente precisa de lo que podía observarse con los instrumentos disponibles en la época (movimientos del Sol, Luna, estrellas y planetas); predice los posiciones futuras de los astros (con cálculos laboriosos); proporciona una explicación de la ausencia de paralaje estelar, y parece de sentido común.

¿Cómo estaba el tema después de más de un milenio? Recurro a las palabras del propio Copérnico para indicar las razones que le indujeron a rechazar el modelo geocéntrico: “Las teorías planetarias de Ptolomeo…, aunque consistentes con los datos numéricos, parecen… presentar no pocas dificultades. Pues estas teorías no son adecuadas a no ser que se introduzcan los ecuantes, y entonces aparece que un planeta no se mueve con velocidad uniforme no sobre un círculo ni alrededor del centro del epiciclo. Un sistema tal no parece ser ni suficientemente absoluto ni suficientemente aceptable. Consciente de tales defectos, comencé a considerar si podría encontrar una disposición de círculos más razonable y de la cual pudieran deducirse las aparentes desigualdades.”
1º Copérnico se da cuenta de que el sistema de Ptolomeo es inadecuado: no responde al problema planteado por Platón.
2º El modelo de Copérnico tiene ventajas innegables: 1º La ventaja más obvia del sistema es que da una explicación mucho más natural tanto al movimiento retrógrado de los planetas como al cambio de su brillo. 2º La precesión de los equinoccios también se explica más fácilmente. 3º Mientras que el sistema geocéntrico tenía varias maneras para salvar las apariencias de los movimientos planetarios (excéntricas, epiciclos, ecuantes o combinación de ellos), en el modelo de Copérnico sólo hay una manera. 4º El mayor éxito del modelo consiste en que permite una mayor facilidad para el cálculo: más de mil años con el modelo de Ptolomeo no produjeron avances astronómicos significativos, medio siglo después de Copérnico Kepler pudo hacer unas leyes que cambiaron totalmente la astronomía.
Todo esto lo conocía Kepler y por eso prefirió el modelo de Copérnico al de Ptolomeo (aunque, como aclara Koestler, también hubiera razones metafísicas detrás de todo ello).

Éstas son las razones que –entiendo- convencieron a Copérnico y Kepler.

Estimado amigo he expuesto los argumentos científicos con los que podrían defenderse ambos modelos (en el siglo XV- XVI, al menos antes de Kepler y Galileo). Después de Kepler y Galileo me decantaría por la teoría heliocéntrica y esperaría nuevos datos para confirmarla.


Te saluda cordialmente Epi

C. Armesto dijo...

Estimado amigo Aprendiz, un par de precisiones más:

Decía antes que en la época clásica había más argumentos para ser geocéntrico que heliocéntrico y que después de Copérnico, Kepler y Brahe, la balanza se inclinaba del otro lado.

¿Y en la época de Copérnico? ¿Qué debería pensar un científico sin prejuicios? La teoría geocéntrica, si bien explicaba muchas observaciones, también había mostrado muchas insuficiencias: diríamos que se trataba de una mala teoría. ¿Hay alternativa? Sí. La teoría heliocéntrica, que, si bien explica muchas observaciones, no es mejor que la geocéntrica. ¿Qué hacer entonces? A falta de una teoría mejor, continuar con la antigua. Y ahí es donde aparece el genio excepcional que, como un sonámbulo (palabras de Koestler), escoge la teoría que debería desechar, y no porque no haya argumentos científicos para hacerlo sino por… sonambulismo. Si tú, estimado amigo, quieres llamar a eso motivos metafísicos, estamos de acuerdo.

Cordialmente
Epi

Aprendiz dijo...

I parte
Gracias por tu amable respuesta.
“Absolutamente coincidente con tú descripción del sistema Ptolemaico. También con la explicación del rechazo de Copérnico; pero no en las conclusiones que sacas.
2.-Analizemos las ventajas de sistema de Copérnico siguiendo tus anotaciones:
1.- Copérnico quiere cambiar el artificio ptolemaico por ser insatisfactorio con la metafísica platónica; tienes razón – y aquí está el matiz- la insatisfacción es metafísica, los movimientos no son circulares ni uniformes, el centro de la circunferencia no es el centro geométrico. La motivación era metafísica; quería que su modelo fuese más respetuoso con los dogmas. Su solución adolece de los mismos fallos, movimientos circulares, deferentes, epiciclos y excéntricas. Sellés “la teoría de Copérnico no es mejor en este sentido técnico y matemático que la de Ptolomeo. No hay ningún misterio en ello: eso es lo que buscó Copérnico al partir de los modelos ptolemaicos para transformarlos en otros geométricamente equivalentes” pág 81.
2.- Ventajas innegables.
2.1.-Cuando dos modelos compiten escoger uno porque “es más natural” para explicar el movimiento retrógrado o el cambio de brillo es un prejuicio metafísico, no científico. La naturalidad de una teoría no es un criterio valido de decisión. Lo hablamos más atrás. Ptolomeo también explicaba la retrogradación y la variación del brillo. El criterio de la naturalidad no implica necesariamente que se dé en el mundo físico. La geometría euclidiana es más natural que la de Riemann.
2.2.- El argumento para explicar la ausencia de paralaje resultó ser correcta pero Copérnico no lo sabía, fue una conjetura exitosa. Los argumentos para explicar los tres movimientos terrestres se basaban en premisas de la metafísica aristotélica (lugares naturales, movimiento circular por ser la tierra una esfera) y eran erróneos como demostró Galileo. Resumiendo Copérnico acertó desde premisas falsas. El único punto en que se apartó de Aristóteles fue al proponer ,para la tierra, no un movimiento sino tres. Koestler le llamó “el último aristotélico”.
2.3.-No es correcto, Copérnico se ve obligado a incorporar epiciclos y excéntricas al partir de órbitas circulares y no elípticas y como remedio extremo para hacerlas coincidir con las observaciones. Sellés “Casi ningún astrónomo técnico se convirtió nunca al copernicanismo. Además, la propagandística reducción anunciada en el Commentariolus, al poder prescindir de los siete epiciclos grandes, quedó anulada en el De revolutionibus, donde en aras de la precisión de los computadores se hubieron de montar epiciclos menores sobre otros epiciclos o sobre excéntricas. EL DIBUJO DE COPÉRNICO DEL COSMOS CON SIETE ESFÉRICAS CONCÉNTRICAS NO ES MÁS QUE UN TRUCO PROPAGANDISTICO” pág 82”

Aprendiz dijo...

II parte
2.4.-Tu observación me parece muy acertada y se acerca mucho a la explicación del cambio de paradigma.
La teoría de Ptolomeo era estéril, en mil años no había desarrollado nuevas predicciones, ni teorías complementarias, ni nuevos conceptos físicos; estaba estancada. “Una mala teoría” la llamas en tu último comentario y estoy muy de acuerdo.
La teoría de Copérnico resultó mucho más fructífera, su sencillez, su orden y singularmente el que fuese aceptada por Kepler para “hacer encajar” las observaciones .Cuando dos teorías compiten un criterio de elección reside en la fecundidad de sus predicciones; este es un criterio metafísico. Dice Crombie en su “Historia de la ciencia 2” “Las biografías intelectuales de Kepler y Galileo…, muestran que ellos también se habían adherido al sistema heliocéntrico, debido a sus creencias metafísicas, antes de que hubieran encontrado argumentos para justificarlo físicamente” pág 161. Coincido mucho con tu cuarta observación, ello nos llevaría a Kuhn y su cambio de paradigma; si te apetece podemos enfocarlo desde esta perspectiva. Se mantiene la vieja teoría hasta que es reemplazada viniéndose abajo todo el edificio aristotélico, como apuntas en tú último comentario.
Mis tesis son:
1.-Copérnico pretende mejorar la metafísica aristotélica-ptolemaica.
2.-No puede dar razones físicas para el heliocentrismo; las que da son erróneas.
3.-El realismo de Copérnico era una creencia, una intuición; no tenía elementos de juicio suficientes para adaptar el nuevo paradigma.
4.-El método científico no estaba plenamente formado, es verdad, pero las conclusiones a las que llega carecen de fundamentación, no se argumentan. Acertó, sí; pero no podía saberlo
4.- ¿Por qué se impuso? Por argumentos metafísicos. Kepler también se deja guiar por similares principios. Galileo al adaptar el heliocentrismo y darle las nociones físicas de las que carecía la transmuta en una teoría valida.
Tú eres un científico y por eso aseguras que había razones científicas aunque no concluyentes. La filosofía de la ciencia “destripa” las epistemologías para analizar su pureza o contaminación (Ejemplo, el psicoanálisis no se considera epistemológicamente válida, es una superchería, aunque tenga un gran éxito clínico). Un científico no puede aceptar que la revolución científica naciese de una solitaria y fértil creencia, que fuese la actividad de un sonámbulo. ¿Aceptas la exclusividad metafísica-sonámbula en Copérnico? Un científico no, un epistemólogo sí.
Me parece muy edificante el maridaje física-filosofía.
Perdona la extensión
Gracias otra vez por tus amables comentarios.-

C. Armesto dijo...

Comentario a tus tesis.

1.-Copérnico pretende mejorar la metafísica aristotélica-ptolemaica.
Sí, aunque yo lo diría de otra manera: pretende mejorar la física de Aristóteles-Ptolomeo.

2.-No puede dar razones físicas para el heliocentrismo; las que da son erróneas.
El cambio de brillo es una observación; por tanto es una razón física.
Todas las razones física que da sustentándose en la tesis platónica son erróneas: de acuerdo.

3.-El realismo de Copérnico era una creencia, una intuición; no tenía elementos de juicio suficientes para adaptar el nuevo paradigma.
Cierto; pero matizo: tiene elementos de juicio para adaptar el nuevo paradigma, pero no los suficientes.

4.-El método científico no estaba plenamente formado, es verdad, pero las conclusiones a las que llega carecen de fundamentación, no se argumentan. Acertó, sí; pero no podía saberlo.
De acuerdo. La fundamentación no era concluyente, por tanto no podía saber que acertó.

5.- ¿Por qué se impuso? Por argumentos metafísicos.
No, no y no. Se impuso porque Brahe hizo unas observaciones extraordinarias, porque el enorme talento matemático de Kepler le permitió explicar todas las observaciones de Brahe con el sistema heliocéntrico (con el de Ptolomeo eran inexplicables) y porque Galileo demostró la invalidez de la física de Aristóteles, elaboró una nueva mecánica y diseñó el método científico. Y no hallo ningún argumento metafísico en ello.

6.- Tú eres un científico y por eso aseguras que había razones científicas aunque no concluyentes.
Estimado amigo los argumentos ad hominem, como tú sabes mejor que yo, no valen.

7.- Un científico no puede aceptar que la revolución científica naciese de una solitaria y fértil creencia, que fuese la actividad de un sonámbulo.
Querido amigo afirmaciones como “Un científico no puede aceptar que” son… ¿creencias metafísicas? Un científico, igual que cualquier filósofo o artista, puede aceptar cualquier tesis con tal que existan razones concluyentes para sustentarla.

8.- ¿Aceptas la exclusividad metafísica-sonámbula en Copérnico?
He argumentado las causas por las que acepto que sí interviene la metafísica en la elección de Copérnico; pero niego la exclusividad.
Muchas veces los motivos que tiene un científico para embarcarse en la búsqueda de datos que invaliden una teoría son metafísicos o religiosos (Crombie, como tú bien indicas, lo aclara perfectamente). Pero sólo si hay argumentos científicos que sustenten el rechazo, éste puede tener validez. Por ello, decir que hay argumentos metafísicos cuando se rechaza una teoría no explica nada, porque puede explicar todo.

9.- Me parece muy edificante el maridaje física-filosofía.
De acuerdo.

Afectuosos saludos de Epi

PD. Has adivinado, como no podía ser menos, que mis escasos conocimientos epistemológicos se inspiran en Gerald Holton, Kuhn y Koestler, aunque también se encuentran interesantes y sencillas argumentaciones sobre el tema en Russell, Einstein y Popper.

Anónimo dijo...

Otra consideración

Releyendo un libro de Gerald Holton he encontrado un concepto que tal vez ilumine con luz diferente el tema de nuestro debate. Se refiere a la “ciencia en formación versus ciencia como institución”, dos aspectos de la dualidad de la ciencia que deben estar claramente diferenciados. H. D. Smyth ha caracterizado esta distinción: “Existe una paradoja en el procedimiento científico. El investigador debe pensar y trabajar, a menudo como, como un artista, pero ha de hablar como un tenedor de libros, en términos de hechos, imágenes y secuencias lógicas de pensamientos”. Un investigador puede ocultar trabajos arduos y tortuosos detrás de un breve y elegante párrafo, igual que un escultor retira sus instrumentos y andamiaje antes de descubrir su obra. La ciencia como estructura no puede decir nada respecto a propósitos o intenciones, religión o filosofía; pero el científico puede gozar de cierto grado de preocupaciones metafísicas y religiosas. Galileo consideraba las leyes de la naturaleza como una prueba de la divinidad, Newton consideraba su actividad científica como preludio de su conocimiento religioso.

Estos dos aspectos que no hemos diferenciado con claridad, en mi opinión, están confundiendo el debate.
Entiendo que tú hablas de la “ciencia en formación”: y por ello insistes en los motivos metafísicos y religiosos de los científicos. Y ciertamente no te equivocas.
Yo me he centrado en la “ciencia como institución”: y por ello sólo me atengo a los productos finales: al camino impoluto desde las observaciones iniciales a la teoría final: a la ciencia de libro. Y también hablo con propiedad.

Y los dos tenemos razón. Incluso “tu frase un científico no puede aceptar que “, que yo obvié demasiado ligeramente, desde esta nueva luz tiene sentido. Porque, aunque la ciencia en formación trabaja con motivos metafísicos tal como tú supones, la ciencia como institución tiene pactos sobreentendidos entre todos sus practicantes tales como “Las creencias filosóficas personales no deben de aparecer explícitamente en los trabajos que se publican, no porque no existan, sino porque no es conveniente” (Holton dixit).

Saludos cordiales
Epi

Aprendiz dijo...

I parte
Gracias por tu amable respuesta.
Coincidimos en mucho; lo estimulante son las discrepancias
1.-Metafísica versus física. La metafísica está formada por un conjunto de principios filosóficos, generales y absolutos extraídos de lo que creemos debe ser el universo. La metafísica es apriorística, el marco conceptual en el que “encajar” las observaciones. La física es una consecuencia lógica de la metafísica, su derivación natural. La física aristotélica no es tal, es metafísica pero como trata problemas de movimiento, fuerzas…se la identificó con la física. ¿Los atomistas griegos –a los que conoces muy bien- llegaron a descubrir la composición del universo gracias a una fórmula experimental, a una investigación de la naturaleza, a un estudio de la materia? .No. ¿Cómo llegaron a enunciar con tanta aproximación la teoría atómica? Fue una maravillosa intuición, una fértil invención que repetimos en los libros de texto porque fue exitosa. ¿Cuántas teorías fracasadas se enunciaron? ¿Cuántos sonámbulos no cayeron por la ventana?
Toda la metafísica es una invención lógica, la imposición al mundo natural de inferencias apriorísticas; la metafísica griega, la cartesiana, la kantiana.
El enunciado “Los planetas son esféricos porque la esfera es la figura perfecta” ¿Es un enunciado científico? No, los planetas son esféricos pero no por esa razón ¿Es un enunciado metafísico? Sí. ¿Se basa en hechos observables? No, la fuente primaria es la metafísica (perfección de la esfera y el círculo) y posteriormente la adapto a los hechos observables, el sol, la luna, la tierra al proyectarse en los eclipses y el resto de astros no observables.
A mi juicio este es uno de los equívocos que distorsionan la discusión y uno de los esclarecimientos más urgentes.
2.-Hechos observables físicos en Copérnico.
2.1.-No hay ningún hecho físico u observación significativa entre Ptolomeo y Copérnico, sí después, los cometas, la supernova. Copérnico sigue los procedimientos de Ptolomeo
2.2-El cambio de brillo como razón física para justificar parcialmente la adopción del heliocentrismo. Hay tres matices que rebajan su importancia como hecho observable a.-Ptolomeo también lo había entendido como variación de distancias y su modelo explica las variaciones b.-Copérnico tiene que introducir epiciclos para acentuar la excentricidad de las trayectorias (los artilugios tan denostados) c.- El cambio de brillo es un hecho físico, su explicación por Ptolomeo o Copérnico una hipótesis instalada en la comunidad astronómica muchos siglos antes (tuvo la fortuna de ser acertada)
2.3.-La variación del brillo no era un criterio significativo

3.-Brahe fue un minucioso observador, elaboró tablas más ajustadas. Los modelos de Ptolomeo-Copérnico se ajustaban con similar imprecisión. Los deferentes y epiciclos de Ptolomeo pueden explicar cualquier trayectoria. Las órbitas no elípticas de Copérnico lastraron a su modelo con una gran inexactitud. Kepler reunió los ingentes datos de Brahe y una inmensa sensibilidad matemática, pero tenía un problema, no sabía qué modelo aplicar, lo intentó con Ptolomeo, el intermedio de Brahe y Copérnico; se inclinó por Copérnico por criterios matemáticos. Incluso llega a la trayectoria elíptica después de probar con otras muchas curvas; acertó por extenuación, por imposibilidad de encontrar regularidades en los modelos de Ptolomeo y Brahe. Las leyes de Kepler verifican el heliocentrismo por procedimientos matemáticos. ¿Por qué Kepler sometió sus tablas a los modelos de Ptolomeo y Brahe?

Aprendiz dijo...

II parte
4.- Absolutamente de acuerdo, utilicé argumentos ad hominem y prejuicios metafísicos. Impresentable desde una perspectiva filosófica. Mis prejuicios nacían de la creencia siguiente: la idea de que los científicos desprecian la filosofía y consideran su saber cómo querellas inútiles, discusiones bizantinas que lo apartan de su verdadero interés; sin duda no es tú caso.
5.-Niegas la exclusividad metafísica de la aceptación del heliocentrismo.
La ciencia en formación versus la ciencia como institución. Es una demarcación útil. Yo trabajé con el contexto de justificación (nociones científicas puras), contexto de descubrimiento (nociones sociales, religiosas, económicas) muy parecido al de Holton. No es mi tesis. Feyerabend decía que la historia de la ciencia solo refleja los éxitos y omite los fracasos transmitiendo una concepción equivocada de la ciencia como tú apuntabas muy bien al hilo de Koestler, el relato construido por la historia de la ciencia nos induce a pensar en causalidades temporales (Copérnico-Kepler-Galileo-Newton), en la existencia de argumentos racionales para aceptar una teoría, en omitir las teorías fracasadas (¿Cuántos modelos astronómicos se dieron entre Ptolomeo y Copérnico? Seguro que hubo varios intentos)
Me sacaste los colores llamando la atención de mis prejuicios instalados en la frase “un científico no puede aceptar que…”.Permíteme que te devuelva el favor: en la ciencia como institución dices “y por ello sólo me atengo a los productos finales: al camino impoluto desde las observaciones iniciales a la teoría final”. El CAMINO IMPOLUTO te refieres a la ciencia como institución después de extraerle las esquirlas de la ciencia en formación, lo matematizable, mensurable sin sus incomodas creencias; no es posible. Utilizando tu metáfora: un escultor traslada a su obra sus obsesiones y angustias; un científico también. OBSERVACIONES INICIALES: no existen las observaciones puras, descontaminadas del marco teórico; toda observación inicial es ya un dato teórico. TEORIA FINAL, descontaminada de lo no científico.
No comparto esa imagen “angelical” de la ciencia. Holton dice bien, las creencias no aparecen EXPLICITAMENTE en las teorías científicas, lo hacen sin darnos cuenta como prejuicios (juicios previos) a priori, marcos conceptuales que se incorporan sin darnos cuenta. ¿Sabía Copérnico que las órbitas circulares eran un prejuicio metafísico? No, era un dato tan obvio y natural que no entraba en cuestión. ¿Sabía Ptolomeo que la tierra en el centro era una creencia? No, nunca se lo cuestiono, la idea del hombre en el centro del universo era el marco apriorístico de toda la Edad Media.
Cuando hablas de CAMINO IMPOLUTO me da la impresión que es una coartada para negar los prejuicios metafísicos.-
Es tan estimulante discrepar.
No soy capaz de controlar la extensión; apelo a tu generosidad y paciencia
Gracias.-

Anónimo dijo...

Querido amigo

La ciencia hasta Galileo y Kepler es indistinguible de la Filosofía Natural; por eso hasta Galileo la Metafísica afecta a la ciencia. ¿Y después de Galileo? Galileo elabora el primer método que podemos considerar como científico; los estudiosos que siguen un método científico después de él se separaron de la filosofía y con ello de la metafísica. Y no significa desdeñarla, sino hacer un esfuerzo para que no intervenga en la ciencia.

Copérnico y Ptolomeo no podían plantearse si tenían o no prejuicios metafísicos: Galileo aún no había elaborado el primer método científico (él y Kepler son los primeros estudiosos que hacen ciencia). Por ello es inconcebible que Copérnico y Ptolomeo duden sobre el movimiento circular, lo aceptan como buenos filósofos (tienen prejuicios metafísicos); en cambio para Kepler tienen más peso las observaciones de Brahe que sus prejuicios: por eso su actitud es distinta. Copérnico y Ptolomeo se comportan como filósofos (la realidad cuenta sólo hasta cierto punto, tú mismo calificas la metafísica de construcción lógica), Kepler se comporta como un científico: la realidad es el árbitro final (y esa mentalidad es el cambio fundamental).

Kepler ensaya con todos los modelos hasta que uno encaja con los datos observables de Brahe; y hace eso –repito- porque (aún teniendo prejuicios metafísicos) se da cuenta que debe abandonarlos dejando como único juez a la realidad. Tú mismo lo reconoces (“acertó por extenuación, por imposibilidad de encontrar regularidades en los modelos de Ptolomeo y Brahe”). Ningún estudioso anterior a él era capaz de hacerlo: Kepler y Galileo son los primeros científicos sensu stricto de la historia de la ciencia (y Koestler lo explica de una manera deliciosa y contundente en el libro que he comentado).

Aseguras: “No es posible extraerle sus incomodas creencias a la ciencia”. Como científico voy a hacerte varias preguntas, ¿dónde están las creencias en F=m.a (segunda ley de Newton), o en la órbita de los planetas es una elipse (primera ley de Kepler), o en las cuatro leyes de Maxwell (cuya formulación matemática eludo), o en E=mc2 (la ley de Einstein). No encuentro metafísica alguna en ellas, ni creencias ni prejuicios ni nada que se le parezca. Por eso afirmo contundentemente que en la ciencia no existe metafísica; aunque el camino que hayan seguido los científicos para descubrir cada una de las leyes esté teñido de prejuicios.

Afirmas “Cuando hablas de CAMINO IMPOLUTO me da la impresión que es una coartada para negar los prejuicios metafísicos”. Aciertas: yo también tengo prejuicios; pero, afortunadamente para la ciencia, la ley de la conservación de la energía se cumple con independencia que mis prejuicios, la velocidad de la luz en el vacío es una constante universal con independencia de mis prejuicios, la constante de Planck tiene un valor minúsculo, nos pongamos de cuerdo o no un debate sobre su tamaño y así sucesivamente. Resumo: Lennard (premio Nobel de física, y asesor de Hitler) no contará con nuestras simpatías; pero cuando descubre que un fotón ultravioleta arranca electrones de un metal, sus prejuicios no se manifiestan en absoluto. Demócrito no descubre los átomos, ni siquiera Dalton (que los convierte en una buena teoría para explicar observaciones), hasta comienzos del siglo XX, no podemos asegurar su existencia: ¡y los átomos también existen con independencia de nuestros prejuicios! Ninguna metafísica hay en todo esto: tenga o no tenga yo prejuicios al respecto.

Afectuosos saludos de Epi

Aprendiz dijo...

Gracias por tus amables comentarios y tu paciencia.
Hay tres clases de prejuicios:
1.-Prejuicios EXTERIORES a las teorías. Los prejuicios religiosos, políticos, étnicos…; no deben influir en nuestra actividad científica. Ejemplos: la antropología nazi. Se enseñaba en las universidades, recogían infinidad de tablas para demostrar la superioridad de la raza Aria; todos eran doctores y seguían el método científico.
2.-Prejuicios INHERENTES a las teorías. Las teorías científicas las incorporan en sus postulados sin darse cuenta. Ejemplos: Newton en los Principia parte de tres pre-juicios: a.-el espacio absoluto b.-el tiempo absoluto c.-la geometría del espacio es Euclídea ; y eso que dice “hipótesis non fingo”. Hoy se rechazan los tres. Newton, un prodigio, seguía el método científico.
3.-Prejuicios INHERENTES a la relación hechos-teorías. No hay datos puros. Los datos están contaminados por las teorías que los utilizan. La teoría de Darwin fue rechazada por la comunidad científica, rechazaron sus datos: los fósiles marinos en las montañas habían sido traídos por aves, los fósiles de los homínidos eran niños con malformaciones…El dato es interpretado o menospreciado (sobredimensionado o infravalorado) según seas fijista o evolucionista. Darwin fue ridiculizado por los rectores universitarios y seguían el método científico.
Las preguntas que me formulas son desde el TIPO 1 de prejuicios, los que son más “visibles”; el TIPO 2 lo son menos, son “inconscientes”, naturales; el TIPO 3 es consustancial a nuestra naturaleza cognitiva, la realidad de la que hablas como árbitro final no existe, viene colonizada por nuestras teorías. ¡Qué maravilla una realidad neutra con la que cotejar las hipótesis!
¿Dónde está la metafísica en F=m.a y E=m.c2? Está aquí: la masa Newtoniana y la relativista tienen el mismo valor numérico pero conceptualmente son distintas, la primera mide la resistencia a cambiar de posición, la segunda mide la conversión en energía; lo llamamos igual pero Newton y Einstein se estaban refiriendo a conceptos distintos. La metafísica es un marco conceptual; la dinámica newtoniana y la relativista “transforman” un dato experimental, puro, neutro (la masa) en teoría. Estos son prejuicios metafísicos de la clase 2 y 3.-
¿Dónde está la metafísica en el dato de la velocidad de la luz? Está aquí: en cómo se llegó a él. S XIX. La luz necesita que el espacio este lleno de partículas para transmitirse, al no encontrarla los científicos se la inventan, “el éter” es una hipótesis extraída de las consecuencias lógicas de la teoría de la luz .El éter no se puede determinar, ni cuantificar, ni atribuir una magnitud, ni medir. ¿Cómo fue aceptado por la comunidad científica?¿Cómo nadie lo rechazo por no empírico? ¿Es este el camino impoluto? .El concepto de “éter” se enseñaba en las universidades y ya se aplicaba el método científico.
Estoy aprendiendo a ser breve, no puedo evitar ser plúmbeo.-
Gracias.-

Anónimo dijo...

Probablemente podremos ampliar el debate dentro de unas semanas, cuando comente la tradicional separación entre ciencias duras (física, biología molecular) y ciencias blandas (evolución, economía). Por ahora voy a centrar mi comentario en las ciencias duras.

¿El espacio absoluto, el tiempo absoluto, la ambigüedad del significado de la masa o que Newton sea cristiano alteran las consecuencias de la ley de la gravedad? No. ¿Alteran las consecuencias de las tres leyes del movimiento? No. Entonces, ¿que más da que Newton tenga prejuicios? Las cuatro leyes no se alteran en absoluto pienses lo que tú quieras sobre el espacio, el tiempo, el cristianismo o la metafísica. El propio Ernst Mach califica el tiempo tal como lo define Newton de “vana concepción metafísica”. Newton cree haber demostrado la existencia del espacio absoluto (experimento del cubo); y la afortunada crítica que hace Mach influirá enormemente en Einstein; pero nada altera el hecho básico que, aplicando las leyes de Newton, podemos colocar un vehículo espacial en Neptuno, exactamente.

¿La masa de Newton es diferente de la masa de Einstein? Lo ignoro la ciencia no es esencialista sino fenomenológica. Sé cómo puedo medir la masa y sé que Einstein usa la masa en el mismo sentido que la usa Newton (aunque es cierto que Einstein amplía el concepto al suponer la masa como una variedad de la energía); pero ambos tratan de la misma magnitud operacional. Y el marco conceptual al que te refieres no es metafísico, sino que se trata de teorías físicas diferentes. A velocidades pequeñas, gravedades pequeñas y fuera del microcosmos la masa de Einstein y la de Newton son operacionalmente las mismas; y también significan lo mismo: la cantidad de materia o la cantidad de inercia o la cantidad de gravedad que tiene un cuerpo.

En estos momentos ignoramos (unos afirman una cosa y otros la otra) si la inercia de un cuerpo se debe a la cantidad de materia del universo o es una propiedad del espacio, ¿es metafísica? ¡No! Es ignorancia. ¿Es metafísica suponer la existencia de la materia oscura para explicar ciertas observaciones astronómicas? En absoluto es una buena hipótesis que las observaciones posteriores demostrarán o no su veracidad. ¿Es metafísica suponer la existencia de la energía oscura para explicar ciertas observaciones cósmicas? No, es una buena hipótesis hasta que observaciones posteriores muestren su existencia o no. ¿Se enseña en las facultades la materia oscura y la energía oscura? Ciertamente. ¿Estamos seguros que existen? No. ¿Pueden no existir? Sí. ¿Por que las estudiamos? Porque son las mejores hipótesis que tenemos, que encajan con las observaciones… a pesar del montón de lagunas. Lo mismo sucedió con el éter. ¿Fue metafísica suponer la existencia del éter? No, fue una buena hipótesis hasta que observaciones posteriores demostraron su inexistencia.

Dices “¡Qué maravilla una realidad neutra con la que cotejar las hipótesis!” Aciertas plenamente. Por eso la ciencia es maravillosa. Y por eso es la única actividad humana que proporciona conocimientos ciertos (Kant dixit).


Cordialmente

Epi

Anónimo dijo...

Otra reflexión sobre Hypotheses non fingo que aparece en el libro tercero de los Principios de Newton, que es, a menudo, mal interpretada.

Newton: “Hasta ahora no he sido capaz de descubrir, por el estudio de los fenómenos, la causa de las propiedades de la gravedad, y no formo ninguna hipótesis acerca de ella… para nosotros es suficiente el hecho de que la gravedad existe y actúa de acuerdo a leyes establecidas, sirviendo correctamente para explicar el comportamiento de los cuerpos celestes y de nuestro mar”. Era un problema importante, en aquel tiempo, saber si la ley de gravedad podría explicarse a partir de otra ley más fundamental. Newton no lo consiguió, y no consideró que su teoría quedara mermada por la insuficiencia. El propósito de la teoría física no es encontrar causas últimas, sino explicar hechos observables según un esquema consistente de conceptos y consecuencias basadas en la observación y argumentos matemáticos: y esto había hecho.

Newton (a pesar de sus fuertes creencias metafísicas) se niega a proponer, en ausencia de pruebas experimentales, un mecanismo por el cual dos cuerpos se atraigan. Newton: “Es inconcebible que la materia bruta inanimada, sin la mediación de algo más, que no sea material, influya y afecte a otra materia sin contacto mutuo… Una gravedad… de modo que cualquier cuerpo pueda actuar sobre otro a distancia, a través del vacío, sin la mediación de algo más, a través del cual pueda conducirse la acción de la fuerza, es para mí un absurdo tan grande que no creo que exista un hombre que con facultad de pensamiento en materia filosóficas pueda creer en ello. La gravedad debe estar causada por un agente que actúa constantemente según ciertas leyes, pero el hecho que este agente sea material o inmaterial, lo dejo a la consideración de mis lectores”. Newton no incluye este párrafo en los Principios porque sabe que la existencia del agente es pura metafísica; sabe que la gravedad puede deberse al Espíritu Santo (así lo cree Newton) o a cualquier otra causa, pero también sabe que sus creencias son independientes de la ciencia. Newton resiste las demandas de Descartes y los cartesianos de un postulado metafísico para la causa de la gravitación; les contesta declarando su incapacidad para juzgar las causas de la gravedad. Y esa resistencia a incluir la metafísica en la ciencia es una medida de su genio.

Cordialmente

Epi