En tiempos de crisis económica, quizá
algún lector se sorprenda (o se encolerice) si le digo que a algunos
científicos se les paga por estudiar el polvo. Y no creo que alivie su enfado
si afirmo que la Luna y Marte son mundos extremadamente polvorientos y que
inhalar polvo podría ser nocivo para los astronautas. Pero quizá el agobiado
lector acepte que se trata de dinero bien invertido si añado que la silicosis,
una grave enfermedad que afecta a los pulmones, es causada por el polvo de
cuarzo.
Huele a pólvora, -exclamó Harrison
Schmitt-, cuando olió el aire del Módulo Lunar. Corría el año 1972 y acababa de
regresar de un paseo por la Luna. Más tarde, el astronauta se sintió
congestionado y se quejó de fiebre de heno; afortunadamente sus síntomas
desaparecieron al día siguiente. No olvidó la anécdota Russell Kerschmann, un
patólogo que se dedica a estudiar los efectos del polvo sobre la salud humana.
El cuarzo no es venenoso; pero cuando forma partículas de menos de diez
micrómetros (cinco veces menores que un cabello humano) y entra a los pulmones,
entonces los granos de polvo -de aristas afiladas- pueden incrustarse en los
diminutos alveolos del pulmón y romperlos. Más aún, las células del sistema
inmunológico se suicidan al intentar tragar tan indigestos corpúsculos.
El polvo lunar -compuesto de silicio,
como el cuarzo terrestre- no es venenoso; pero, a semejanza del polvo de
cuarzo, es extremadamente fino y abrasivo, casi como el vidrio pulverizado. Los
astronautas que alunizaron descubrieron que se pegaba a todo, que era casi imposible quitarlo una vez que
entraba en el interior del Módulo Lunar; apesadumbrados, comprobaron que parte
llegaba al aire e irritaba los pulmones y los ojos. Y en Marte podría ser peor;
porque el polvo marciano no sólo es un irritante mecánico, sino, tal vez, un
veneno químico: algunos científicos sospechan que el polvoriento suelo del
planeta rojo podría ser un oxidante tan fuerte que quemaría cualquier material
orgánico -tal como los plásticos o la piel humana- al que le cayese encima,
como lo hace la lejía sin diluir. No acaban aún las calamidades; el polvo
marciano también podría contener rastros tóxicos de arsénico y cromo. Y el
peligro se acusaría durante los vendavales que ocasionalmente cubren Marte.
Los científicos ignoran la solución del
problema, pero confían en encontrarla.
2 comentarios:
Estimado amigo
Además de estar en la superficie de planetas y satélites, y también en la cola de los cometas, el polvo (interestelar) produce nebulosas y sistemas planetarios. Incluso puede verse: las partículas de polvo que giran alrededor del Sol reflejan la luz solar, luz (apellidada zodiacal) que se observa en el cielo durante la noche.
Estimado amigo
Las partículas en suspensión (PM) son las diminutas partículas de sólidos o de gotitas de líquidos que contiene la atmósfera.
El índice PM10 indica el contenido de partículas (gruesas) de tamaño inferior a 10 µm.
El índice PM 2,5 indica el contenido de partículas (finas) de tamaño inferior a 2,5 µm.
Saludos cordiales de Epi
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