sábado, 6 de diciembre de 2025

Lyocell


La humanidad ha producido once coma nueve billones de kilos de plásticos a lo largo de toda la historia (concretamente, desde el año 1950 al 2024). Entre el diez y el quince por ciento de los cuales son las fibras sintéticas que usamos para nuestros vestidos. Con tan enormes cantidades, y considerando el tiempo que tardan en degradarse las fibras sintéticas, deducimos que el uso de fibras naturales, como el algodón, más que una elección es una necesidad. Y si el algodón natural, formado casi exclusivamente por celulosa, resulta insuficiente para atender todas las necesidades humanas de vestuario, podemos recurrir a la madera para obtener celulosa (apellidamos semisintéticas a las fibras así obtenidas). Sean naturales (algodón) o semisintéticas (madera), su composición química -celulosa- es idéntica y se degradan en el ambiente de la misma manera. Procede un breve comentario sobre el proceso que usamos para obtener las fibras semisintéticas. Contrasta la obtención de la viscosa y del lyocell, ambas fibras obtenidas de la madera; en el primero la celulosa se vuelve soluble mediante su conversión en un compuesto denominado xantato de celulosa, en el segundo únicamente se disuelve la celulosa; debemos resaltar que, mientras que la viscosa se obtiene mediante reacciones químicas, en el lyocell sólo ocurre una disolución. El N-óxido de N-metilmorfolina (NMMO), concretamente su monohidrato, es el compuesto orgánico que se utiliza como disolvente de la celulosa para producir las fibras de celulosa (lyocell); la celulosa se disuelve en el NMMO y, a continuación, se precipita para obtener la fibra. Los técnicos argumentan que el NMMO rompe los enlaces de hidrógeno intermoleculares de la celulosa, lo que la vuelve insoluble en agua. La misma capacidad para romper los enlaces de hidrógeno permite al NMMO disolver también algunas proteínas animales fibrosas; como la queratina (componente del pelo, uñas, plumas, escamas, cuernos, garras o pezuñas de los animales vertebrados), o el colágeno (la proteína más abundante en los mamíferos se encuentra en sus cartílagos, huesos, tendones, ligamentos y piel, además de estar presente en todos los animales), o la espidroína de la seda de las arañas, o la fibroína de la seda de los gusanos (Bombyx mori). De esta capacidad disolvente deducimos la toxicidad: una exposición directa y aguda al NMMO es corrosiva e irritante; sin embargo, el NMMO no se considera PBT para el ambiente, porque ni es persistente (P), ni bioacumulable (B), ni excesivamente tóxico (T).

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