Oía, más que escuchaba, disertar a un iletrado sobre la capacidad de las plantas para ver la luz; desechados sus teorías y argumentos como absurdos, inmediatamente me pregunté sobre la sensibilidad de los vegetales hacia la luz. Nosotros y muchos animales tenemos ojos, vemos, detectamos la luz. ¿También las plantas ven o, expresado con más precisión, detectan la luz? Declaramos sin ambages que tanto animales como vegetales detectamos luz y respondemos a ella. Ahora bien, ¿existe el equivalente vegetal de los ojos animales? Expondré algunos argumentos, semejanzas y diferencias, para que el curioso lector pueda juzgar.
¿Qué similitudes presentan los detectores de luz animales y vegetales? Dos pigmentos, ficobilina en éstos, retinal en aquéllos, constituyen el primer paso en la detección; se trata de dos moléculas orgánicas, capaces de absorber luz y desencadenar una respuesta biológica. Ambos fotorreceptores están unidos a una proteína, a la rodopsina en la fauna y a los fitocromos en la flora, funga y cianobacterias. En ambos casos la molécula asociada a la proteína cambia su estructura al absorber la luz (si bien en la flora sólo la luz roja e infrarroja, en cambio en la fauna el espectro de luz detectado es más amplio pues llega a los rayos ultravioleta; y se trata del mismo cambio, una isomerización cis-trans, término técnico que significa que la colocación de los átomos en el espacio, tanto de la ficocianobilina del fitocromo como del retinal de la rodopsiona, sufre el mismo cambio.
¿Qué diferencias hallamos entre los fotodetectores vegetales y animales? Los mecanismos moleculares posteriores a la detección, las consecuencias fisiológicas para el organismo y la ubicación de los detectores son muy diferentes. La rodopsina se encuentra localizada en células especializadas (conos y bastones) de los ojos animales; los fitocromos tienen una presencia más ubicua, se hallan en casi todas las partes de la planta, pero aparecen con mayor abundancia en los tejidos especializados en el crecimiento. La activación del fitocromo desencadena una gama de respuestas enzimáticas y expresión de genes relacionados con la floración, la germinación, el crecimiento vegetal para escapar de la sombra y la regulación de la actividad metabólica durante día y la noche (ritmos circadianos). La activación de la rodopsina genera señales eléctricas que se transmiten al cerebro, donde los animales forman imágenes del mundo externo.
Espero que el avisado lector ya disponga de suficientes argumentos válidos para juzgar.
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