sábado, 14 de diciembre de 2024

Polen y esporopolenina


El olivo, la morera y el árbol llamado plátano son las tres plantas liberadoras de polen que causan la mayoría de las alergias en España; no nos olvidamos del polen de los cipreses y gramíneas, abundantes en algunas regiones de la península ibérica. Además de los españoles, uno de cada tres terrestres se prevé que padecerá polinosis, que así llaman los expertos a lo que los profanos denominamos alergia al polen. La respuesta alérgica se debe a las proteínas que muestra el grano de polen, proteínas diferentes y más alergénicas, si las plantas están sometidas a estrés biológico (entiéndase contaminación, por ejemplo). El viento o los animales no son los únicos vehículos que transportan los granos de polen, las partículas procedentes de la combustión del gasóleo también puede llevarlos en su superficie, alterados en este caso y más alergénicos. ¿Cuánto polen es suficiente para desencadenar la respuesta inmune? Poco más de un centenar de granos de polen de olivo en cada metro cúbico de aire; como comparación piénsese que en Andalucía se han medido concentraciones atmosféricas de veinte mil.
¿Qué es un grano de polen, tal vez se pregunte el lector curioso? Simplificando mucho afirmaría que es el equivalente vegetal al espermatozoide masculino; pues cada minúsculo grano de polen contiene una, dos o tres células masculinas englobadas en un recipiente más o menos esférico recubierto por dos paredes; una interna, formada por celulosa y pectinas, y otra externa, cuyo componente principal es la esporopolenina, que también se encuentra en las esporas, uno de los más inertes y estables biopolímeros conocidos. La extrema resistencia a la degradación química de la esporopolenina ha permitido que tanto los granos de polen como las esporas puedan persistir como fósiles durante millones de años; como, además, la pared externa del grano de polen de cada especie vegetal presenta patrones específicos, su análisis permite reconocer las especies vegetales que vivieron en tiempos pasados y, en consecuencia, averiguar los climas pretéritos. Añado un breve comentario sobre la estructura química de este complejísimo biopolímero; se sintetiza usando como precursores moléculas de ácidos grasos, fenilpropanoides, fenoles y minúsculas cantidades de carotenoides, que se han entrecruzado para formar una estructura rígida. Su composición química, distinta en muchos vegetales, nos indica que más que un compuesto específico es una familia de compuestos; en la esporopolenina de pino y del musgo Lycopodium clavatum, por ejemplo, pueden distinguirse unidades químicas distintas.

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