sábado, 31 de agosto de 2024

Obesidad y compuestos químicos


La Organización Mundial de la Salud ha declarado que la obesidad es una epidemia mundial: no sólo hay muchos infantes obesos -uno de cada cuatro-, sino también hay cada vez más. A pesar de que las autoridades sanitarias mundiales han priorizado la mejora de los hábitos alimentarios y el aumento de la actividad física para reducir la obesidad, el rápido aumento de ésta, en países con diferentes costumbres dietéticas y actividades físicas, nos indica que factores ambientales, como la exposición a sustancias químicas obesógenas, contribuyen al desarrollo de la enfermedad. Entre los compuestos químicos que promueven la obesidad -que así se definen los obesógenos- se hallan “los bisfenoles y los ftalatos, compuestos organoestánnicos, retardantes de llama, compuestos perfluorados, bifenilos policlorados y dioxinas, plaguicidas y metales” que pueden estar presentes en los alimentos. ¿Quién ha elaborado tal lista se pregunta el suspicaz lector? Aparece en el informe que el Comité Científico de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) publicó en el año 2023. 
Para los bioquímicos no es un misterio como actúan los compuestos químicos obesógenos, se sabe cuál es su mecanismo de actuación. Y no es uno, sino varios: unos obesógenos activan, otros inhiben los receptores hormonales -de las hormonas tiroideas, de los estrógenos y de los andrógenos- presentes en el núcleo de las células que regulan la expresión de algunos genes; en concreto, de los involucrados en la formación y desarrollo de las células del tejido graso y en el peso corporal; además, las sustancias obesógenas también participan en la regulación de algunas vías metabólicas que intervienen en las respuestas inmunes. Por si fuera poco la acción de los obesógenos puede ser permanente y, peor todavía, puede afectar a la siguiente generación. ¿Los periodos más críticos para la exposición a estos dañinos compuestos químicos? Durante la preconcepción, el embarazo y la infancia.
La obesidad es una enfermedad que se asocia a un mayor riesgo de padecer muchos otros males; desgraciadamente, España ocupa la séptima posición de adultos y el cuarto lugar de población infantil, en las escalas de obesidad que exponen los datos de cincuenta y dos países (OCDE, 2019). Afortunadamente para algunos, desgraciadamente para otros, el efecto de la exposición a los compuestos químicos obesógenos no es el mismo para todos los sujetos; depende tanto de la dosis del obesógeno o de la suma de los obesógenos, como de otros factores.

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