sábado, 2 de marzo de 2024

Helechos de agua y enfriamiento global


Azolla, un helecho flotante de agua dulce que vive en climas templados y tropicales, es una de las plantas que crece con mayor rapidez. A mediados del período Eoceno, entre hace cuarenta y nueve y cuarenta y siete millones de años, el crecimiento descontrolado de tales helechos cubrió la superficie del océano Ártico, y produjo un enfriamiento del planeta. Se alude a él como el evento Azolla. ¿Qué ocurrió? En la actualidad, las corrientes oceánicas renuevan el agua ártica; ni siempre fue así, durante el Eoceno, el Ártico se encontraba casi aislado de los otros océanos, como el mar Negro en la actualidad; esa condición, sumada al enorme caudal de agua que aportaban los ríos árticos, provocó que se formase una capa de agua dulce sobre la superficie oceánica. Como Azolla necesita muy poca agua dulce para sobrevivir, si se le proporcionasen los nutrientes suficientes, podría colonizar, como así sucedió, la superficie del Ártico. Aclaremos el asunto: como una cianobacteria, que fija nitrógeno, se une -mediante simbiosis- al helecho, la cantidad de fósforo es el único impedimento para que Azolla crezca sin límite alguno; señalemos que los ríos árticos portan minerales, fósforo incluido. Con altas temperaturas polares -trece grados- y veinte horas de luz, la planta duplicaba su biomasa cada par de días. Pero para alterar el clima se necesita más: había que atrapar el carbono en el fondo oceánico. También eso sucedió: como la capa de helechos en la superficie marina dificulta el intercambio de gases entre el océano y la atmósfera, se produjo una falta de oxígeno en el fondo ártico; la anoxia permitió que la planta quedara enterrada bajo los sedimentos oceánicos antes de su descomposición. El almacenamiento vegetal submarino provocó que la cantidad de dióxido de carbono atmosférico bajase de tres mil quinientos ppm a inicios del Eoceno, a seiscientos cincuenta ppm durante el evento; tal disminución causó el enfriamiento. Contribuyeron otros factores, pero el ochenta por ciento de la reducción del dióxido de carbono atmosférico se debió al enterramiento de helechos. Se acabó el suceso cuando en el Ártico penetró agua de los océanos adyacentes, aumentó la salinidad y se exterminaron los helechos. En resumen, durante ochocientos mil años, el helecho flotante de agua dulce invadió cuatro millones de kilómetros cuadrados del océano Ártico. ¿Hay pruebas? Los sedimentos del fondo del océano Ártico albergan finas capas de Azolla fósiles del período mencionado.

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