sábado, 16 de marzo de 2024

Cambios climáticos pretéritos


El último gran calentamiento global ocurrió hace cincuenta y seis millones de años: los humanos no existían. Durante el máximo térmico del Paleoceno-Eoceno, abreviadamente PETM, la temperatura del planeta aumentó cinco grados en veinte mil años; se parece al calentamiento actual en que la cantidad de gases de efecto invernadero inyectados a la atmósfera es equiparable. El dióxido de carbono liberado por los volcanes, debido al intenso calor que ascendió a la corteza terrestre, causó un aumento de dos grados en la temperatura; el consecuente calentamiento de los océanos descompuso los clatratos de metano existentes en los sedimentos submarinos y liberó metano a la atmósfera; el incendio de bosques y turberas en los continentes sumó más dióxido de carbono al aire; agravaría el problema el deshielo del permafrost -el suelo congelado de las regiones polares- porque libera más metano. La suma de todos los gases de invernadero -dióxido de carbono y metano- causaría un calentamiento de cinco grados. Las regiones climáticas se desplazaron hacia los polos. El exceso de dióxido de carbono atmosférico lo absorbieron los océanos; que se acidificaron además de calentarse; como consecuencia entre un tercio y la mitad de unos microorganismos -que los biólogos llaman foraminíferos- desaparecieron.
Comparemos tres calentamiento globales: hace ciento veinte millones de años ocurrió el calentamiento cretácico; duró treinta millones de años y fue mil veces más lento que el PETM; el calentamiento actual es cien veces más veloz que el PETM. En los dos primeros aumentó la temperatura cinco grados, aumento que tal vez suceda dentro de un par de siglos. Los tres tienen una causa diferente: erupciones volcánicas originaron el primero; erupciones volcánicas, metano procedente del fondo oceánico, incendios de turba y deshielo del permafrost sucedieron en el segundo; atribuimos el contemporáneo a la quema de combustibles fósiles. Los cambios ambientales del calentamiento cretácico fueron mínimos; durante el PETM los océanos se acidificaron y calentaron; en el calentamiento contemporáneo, además de la acidificación y calentamiento oceánicos, aumentan los fenómenos meteorológicos extremos, se deshielan los glaciares y se eleva el nivel del mar. El primero no afectó a los seres vivos porque dispusieron de tiempo para adaptarse o emigrar; el segundo únicamente afectó a los moradores submarinos que no pudieron moverse; en la actualidad se extingue gran cantidad de especies vivientes.
En resumen, las consecuencias para la biosfera de los calentamientos globales rápidos, como el actual, son mucho más graves que los lentos.

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