sábado, 11 de mayo de 2019

Terapia con fagos

     Durante la I Guerra Mundial las autoridades sanitarias europeas encargaron a Félix d’Herelle, candidato fallido a premio Nobel y pionero de la guerra antimicrobiana, remediar la epidemia de disentería que afectaba a los combatientes. Dejo que el propio científico relate su eficaz trabajo “La mañana siguiente… experimenté uno de esos momentos de intensa emoción que compensan al investigador de todas sus penas... todas las bacterias [Shigella, causante de la enfermedad] habían desaparecido... fue tal mi emoción que de repente lo comprendí: lo que causaba las manchas claras era de hecho un microbio, un virus filtrable, pero un virus que era parásito de las bacterias”. El investigador había descubierto los fagos (o bacteriófagos), unos virus que destruyen bacterias. En 1919, administró fagos a un niño aquejado de disentería: lo curó, nada más hay que añadir. Estimulado por el éxito, Félix d’Herelle promovió la terapia antibacteriana con fagos obteniendo resultados ambiguos: mientras que los países de la antigua Unión Soviética e India la practicaron, el resto del mundo prefirió los antibióticos.

     ¿Por qué nosotros no usamos la terapia con fagos?, se pregunta el escritor. Transcribiré, a continuación, las ventajas e inconvenientes de la fagoterapia para que el cauto lector juzgue. Facilidades de los fagos: rompen las células bacterianas resistentes a antibióticos; son específicos, y por tanto no dañan la biota del paciente; no generan reacción con los anticuerpos; el tratamiento puede ser preventivo; y, en muchos casos, se requiere una dosis única de fagos para disminuir la infección. Reparos a la fagos: son específicos, y por tanto su ámbito de acción es limitado; pueden producir niveles altos de endotoxinas en infecciones causadas por bacterias Gram-negativas; son eliminados rápidamente por el sistema inmune; es difícil lograr fármacos sólidos; es difícil proporcionar fagos; y resulta complicado registrar la propiedad intelectual. En 2010 y en un artículo titulado “Los bacteriófagos como una alternativa en el tratamiento de enfermedades infecciosas bacterianas (Fagoterapia)”, los científicos Nallelyt Segundo, Efrén Hernández, Oliver López y Oscar Torres analizaron el estado de la cuestión. Teniendo presente que la fagoterapia reduce, pero no elimina las bacterias, cabe señalar que los virus bacteriófagos ya se han aplicado en el tratamiento de infecciones bacterianas de Pseudomonas, Staphylococcus, Escherichia y Mycobacterium, resistentes a los antibióticos, con diferentes grados de eficacia, que van desde el setenta y cinco por ciento al cien por cien.

     El escritor sigue ignorando las causas por las que no usamos más a menudo la terapia con fagos. 

2 comentarios:

C. Armesto dijo...

Estimado amigo

Si existe relación entre el mayor fabricante del mundo de cosméticos, la empresa francesa L´Oréal y Félix d´Herelle: la Safe Hair Dye Company, antes de convertirse en L´Oréal, comercializó productos con fagos contra diversas infecciones bacterianas.

Saludos

C. Armesto dijo...

Estimado amigo

Aproximadamente desde la segunda guerra mundial (quinta década del siglo XX) se usa la penicilina para tratar las infecciones bacterianas.

Saludos