Los
anestésicos se llevan aplicando en medicina más de siglo y medio, pero nadie
sabe cómo operan el cloroformo, éter, xenón, óxido nitroso, incluso el alcohol
etílico. ¿Nadie?
Las
fibras, por donde viaja el impulso nervioso a una velocidad entre uno y cien
metros por segundo, se asemejan a minúsculas tuberías huecas; tuberías cuya pared
está formada por una membrana grasa, a cuyos lados se hallan átomos de sodio y
potasio. Cuando el impulso nervioso se transmite, el potencial eléctrico de la
membrana celular aumenta abruptamente durante unas milésimas de segundo; Alan Hodgking
y Andrew Huxley postularon que la corriente eléctrica se debe a que iones de
sodio entran y, a continuación, iones potasio salen. Este modelo, aceptado por la comunidad científica, tiene disidentes. Ichiji Tasaki y Kunihiko
Iwasa descubrieron que las fibras nerviosas se dilatan cuando pasa por ellas el
impulso nervioso, para después encogerse. Postularon que las moléculas de la
membrana se reorganizan y recuperan después su conformación original: el modelo
de Hodgking y Huxley era falso; la señal nerviosa consiste en un
impulso eléctrico y uno mecánico. Thomas Heimburg continuó con los experimentos
de Tasaki, interpretando las observaciones de otra manera: los lípidos de la
membrana, en estado fluido y orientados al azar, se hallan cerca de una
transición de fase; si se comprime la membrana, los lípidos se condensan y, casi perfectamente alineados, forman un cristal líquido. Postuló que el impulso
nervioso es una onda de mecánica que se propaga a lo largo del nervio, igual que
una onda de sonido, siendo la señal eléctrica un efecto secundario (piezoeléctrico)
de aquélla. Predijo que aumentando la presión del cambio de fase –de lípido
fluido a lípido cristalino- anularía el efecto; y así sucede: una cámara hiperbárica
anula el efecto anestésico a renacuajos anestesiados. Heimburg supone que los
anestésicos ablandan las membranas grasas de las fibras nerviosas impidiendo
que transmitan las ondas mecánicas, como una cuerda de guitarra demasiado floja
para vibrar. De ser cierta esta conjetura significaría que las neuronas son
ingenios mecánicos y no constituyen circuitos eléctricos.
Los
biólogos han rechazado la teoría de Heimburg; tal vez porque es físico, tal vez
porque no sólo afirma que los impulsos nerviosos son mecánicos (además de
eléctricos), sino también porque rechaza que los canales iónicos cumplan una
función importante en la conducción neuronal; sin importar que se hayan descubierto
muchas proteínas canales. El escritor, meditabundo, duda.
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