La
presión que ejerce el aire sobre cualquiera de nosotros, una medida del peso de
la atmósfera que soportamos, alcanza el considerable valor de cien mil pascales;
una cifra que se multiplica por mil en las más profundas simas oceánicas; ni
que decir tiene que cualquier submarino quedaría aplastado por tal agobiante
presión; que puede aumentar todavía a unos cuantos billones de pascales, si nos
trasladásemos al núcleo del planeta Júpiter. Sin embargo, tales valores
palidecen ante las enormes presiones que V. D. Burkert, L. Elouadrhiri, y F. X.
Girod acaban de medir aquí en la Tierra. En el año 2018, los tres investigadores
han informado de las medidas que han hecho de la presión experimentada por
los quarks dentro de un protón; el protón, uno de los componentes de los
núcleos atómicos, consta de tres partículas fundamentales llamadas quarks, que
se hallan enlazados entre sí mediante una fuerza que los físicos han apellidado
de fuerte. Cerca del centro del protón (hasta seiscientas trillonésimas de
metro) los tres físicos citados encontraron una presión de repulsión y a
mayor distancia de unión; la presión promedio alcanza cotas fantásticas: aproximadamente
cien mil quintillones de pascales, que excede (es diez veces mayor) a la presión
estimada en los objetos más compactos del Universo, las estrellas de neutrones.
Resulta una obviedad decir que el Sol es un astro muy grande; para ponderar su
magnitud imagine el escéptico lector que lo coloca en la Tierra: la Luna
quedaría englobada por la estrella. Como si fuéramos el mago Malambruno, tomemos
ahora la masa de dos soles y comprimámoslas en una esfera de veinte quilómetros
de diámetro: habríamos conseguido una estrella de neutrones, un objeto compuesto,
como su nombre indica, por neutrones, las mismas partículas que, acompañando a
los protones, se hallan en los núcleos atómicos. Dentro de estos exóticos
astros no hay fricción ni resistencia eléctrica, porque el interior es
superconductor y superfluido: en tales lugares los físicos disponen de un
laboratorio ideal para el estudio de la materia en condiciones extremas.
Retomemos
el hilo del discurso: los quarks nunca se encuentran aislados, siempre están
confinados dentro de las partículas, llámense éstas protones o neutrones; por ello, la medida de las fuerzas y presiones que allí intervienen es una de las cuestiones más importantes
en la física moderna, porque hace que el protón sea una partícula estable y, por
lo tanto, proporciona estabilidad al Universo. ¡Nada menos!
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