sábado, 10 de noviembre de 2018

Homeopatía


Mi sorpresa fue mayúscula al enterarme que, en España, se iba a suprimir un máster universitario de homeopatía y una asignatura con el mismo nombre en el grado universitario de medicina; y la sorpresa no se debe tanto a la supresión como a enterarme que, en una facultad científica y en el siglo XXI, se han impartido clases sobre una práctica supersticiosa.
La homeopatía, creada en 1796 por Samuel Hahnemann, pretende ser una medicina alternativa, sin embargo no puede calificarse de medicina una práctica curativa supersticiosa; y hacemos esta contundente afirmación porque los dogmas de la homeopatía sobre el cuerpo humano, la enfermedad y los modos de actuación de los medicamentos han sido refutados por los descubrimientos de biología, psicología, física y química posteriores a su invención. Además, estudios a gran escala han demostrado que los remedios homeopáticos no son más efectivos que los placebos, lo que sugiere que cualquier bienestar posterior al tratamiento se debe sólo al efecto placebo y a la recuperación normal de la enfermedad. Aunque algunos ensayos producen resultados positivos,​ las revisiones sistemáticas revelan que se deben al azar o a métodos de investigación defectuosos (confunden encuestas al consumidor con ensayos controlados). En resumen, las preparaciones homeopáticas no son efectivas para tratar enfermedades y la Organización Mundial de la Salud ha alertado contra su uso. La persistencia en su práctica, a pesar de la ausencia de evidencias sobre su eficacia, puede deberse a las largas consultas que los homeópatas otorgan a sus pacientes y a una preferencia irracional por productos naturales, que el público piensa que constituyen los remedios homeopáticos.
Existe una variedad de explicaciones de las causas por las que la homeopatía parece curar las enfermedades o aliviar sus síntomas, incluso cuando algunos remedios (agua, azúcar o sal) son inertes: las expectativas de curación del paciente (efecto placebo); un cuidador compasivo puede tener un efecto terapéutico; el cuerpo tiene capacidad de sanarse espontáneamente; tratamientos no identificados como la alimentación, el ejercicio o algún agente ambiental; los enfermos buscan ayuda homeopática cuando su malestar es máximo, después pueden mejorar espontáneamente, pero atribuyen la mejoría al remedio homeopático (regresión a la media); tratamiento médico, si los pacientes reciben asistencia médica simultánea a la homeopática; a menudo, los homeópatas recomiendan abandonar tratamientos farmacológicos que tienen efectos secundarios molestos, los enfermos atribuyen la mejoría a la homeopatía, cuando la causa es el cese del tratamiento, que puede poner en peligro la vida del paciente.

1 comentario:

C. Armesto dijo...

Estimado amigo

Sí, la homeopatía contiene tanta ciencia como la astrología: o sea, no es una disciplina científica: así de rotundo. Cabe calificar a ambas como prácticas supersticiosas.

Nada más tengo que añadir, excepto que, en un país libre, y el nuestro lo es, cada uno es muy libre de creer lo que quiera.

Saludos cordiales.