Mi
sorpresa fue mayúscula al enterarme que, en España, se iba a suprimir un máster
universitario de homeopatía y una asignatura con el mismo nombre en el grado
universitario de medicina; y la sorpresa no se debe tanto a la supresión como a
enterarme que, en una facultad científica y en el siglo XXI, se han impartido clases
sobre una práctica supersticiosa.
La
homeopatía, creada en 1796 por Samuel Hahnemann, pretende ser una medicina
alternativa, sin embargo no puede calificarse de medicina una práctica curativa
supersticiosa; y hacemos esta contundente afirmación porque los dogmas de la homeopatía sobre
el cuerpo humano, la enfermedad y los modos de actuación de los medicamentos
han sido refutados por los descubrimientos de biología, psicología, física y
química posteriores a su invención. Además, estudios a gran escala han demostrado que los
remedios homeopáticos no son más efectivos que los placebos, lo que sugiere que
cualquier bienestar posterior al tratamiento se debe sólo al efecto placebo y a
la recuperación normal de la enfermedad. Aunque algunos ensayos producen
resultados positivos, las revisiones sistemáticas revelan que se deben al azar
o a métodos de investigación defectuosos (confunden encuestas al consumidor con
ensayos controlados). En resumen, las preparaciones homeopáticas no son
efectivas para tratar enfermedades y la Organización Mundial de la Salud ha
alertado contra su uso. La persistencia en su práctica, a pesar de la ausencia
de evidencias sobre su eficacia, puede deberse a las largas consultas que los
homeópatas otorgan a sus pacientes y a una preferencia irracional por productos
naturales, que el público piensa que constituyen los remedios homeopáticos.
Existe
una variedad de explicaciones de las causas por las que la homeopatía parece
curar las enfermedades o aliviar sus síntomas, incluso cuando algunos remedios (agua,
azúcar o sal) son inertes: las expectativas de curación del paciente (efecto
placebo); un cuidador compasivo puede tener un efecto terapéutico; el cuerpo tiene
capacidad de sanarse espontáneamente; tratamientos no identificados como la
alimentación, el ejercicio o algún agente ambiental; los enfermos buscan ayuda
homeopática cuando su malestar es máximo, después pueden mejorar
espontáneamente, pero atribuyen la mejoría al remedio homeopático (regresión a
la media); tratamiento médico, si los pacientes reciben asistencia médica simultánea
a la homeopática; a menudo, los homeópatas recomiendan abandonar tratamientos farmacológicos
que tienen efectos secundarios molestos, los enfermos atribuyen la mejoría a la
homeopatía, cuando la causa es el cese del tratamiento, que puede poner en peligro
la vida del paciente.
1 comentario:
Estimado amigo
Sí, la homeopatía contiene tanta ciencia como la astrología: o sea, no es una disciplina científica: así de rotundo. Cabe calificar a ambas como prácticas supersticiosas.
Nada más tengo que añadir, excepto que, en un país libre, y el nuestro lo es, cada uno es muy libre de creer lo que quiera.
Saludos cordiales.
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