sábado, 4 de agosto de 2018

Sepsis


Afecta a ciento setenta y cinco mil españoles cada año, y muere uno de cada diez enfermos: la sepsis o septicemia es la primera causa de muerte en los cuidados intensivos de los hospitales. La mortalidad de la sepsis grave -cincuenta mil casos- supera incluso a la de los infartos, ictus o cánceres; y constituye un desafío para la medicina pues una de cada tres se debe a infecciones hospitalarias causadas por bacterias multirresistentes. Además, se presenta de modo imprevisible y avanza rápidamente: ocho de cada diez enfermos sobreviven si se logra parar en la primera hora, sólo uno de cada dos supera la cuarta hora, después de diez horas la vida es un milagro.
Resulta sorprendente, pero la septicemia es una respuesta inmunitaria fulminante ante una infección. Para combatir las bacterias el organismo libera sustancias químicas en la sangre, sustancias que desencadenan una inflamación generalizada; se producen entonces coágulos y fugas de los vasos sanguíneos; como resultado de la alteración de la circulación de la sangre se dañan los órganos debido a la carencia de los nutrientes y oxígeno que necesitan y no les llegan. En los peores casos, la presión sanguínea disminuye, el corazón se debilita y el sujeto se precipita a un choque septicémico: distintos órganos –los pulmones, los riñones, el hígado- dejan de funcionar y el paciente muere.
¿Los factores de riesgo? La edad: el riesgo es mayor en los niños y en los ancianos; ciertas enfermedades: la diabetes, leucemia, cirrosis y las quemaduras extensas; existen situaciones que predisponen a su aparición: los catéteres intravenosos, las sondas vesicales, las prótesis y el uso de líquidos intravenosos. El estado –débil- del sistema inmunitario del huésped constituye otro factor de riesgo. El sistema inmunitario se halla debilitado debido al abuso del alcohol, a una dieta poco equilibrada –rica en grasas saturadas y alimentos refinados, y pobre en frutas y verduras-, al estrés, al sedentarismo o al insomnio; factores ambientales, como el frío, la humedad o la excesiva exposición al sol, debilitan la inmunidad; también lo hacen las alteraciones de la tensión y el uso incontrolado de antibióticos; por último, hay sustancias químicas producidas por el propio organismo -como el cortisol- o ajenas a él –algunos fármacos- que disminuyen o suprimen la respuesta inmunitaria.
Prevéngase -el cauto lector- de esta peligrosa afección porque, en la actualidad, las sepsis se han duplicado y tras las operaciones quirúrgicas triplicado.

1 comentario:

C. Armesto dijo...


Estimado amigo

No te olvides que para tener una infección generalizada en el cuerpo, la bacteria debe entrar en él (por una herida, por ejemplo) para extenderse después.

La septicemia no es tan escasa como parece que crees: se encuentra entre las diez principales causas de muertes por enfermedad en EE.UU.

Saludos