Afecta
a ciento setenta y cinco mil españoles cada año, y muere uno de cada diez
enfermos: la sepsis o septicemia es la primera causa de muerte en los cuidados
intensivos de los hospitales. La mortalidad de la sepsis grave -cincuenta mil
casos- supera incluso a la de los infartos, ictus o cánceres; y constituye un
desafío para la medicina pues una de cada tres se debe a infecciones
hospitalarias causadas por bacterias multirresistentes. Además, se presenta de
modo imprevisible y avanza rápidamente: ocho de cada diez enfermos sobreviven si
se logra parar en la primera hora, sólo uno de cada dos supera la cuarta hora, después
de diez horas la vida es un milagro.
Resulta
sorprendente, pero la septicemia es una respuesta inmunitaria fulminante ante
una infección. Para combatir las bacterias el organismo libera sustancias
químicas en la sangre, sustancias que desencadenan una inflamación generalizada;
se producen entonces coágulos y fugas de los vasos sanguíneos; como resultado
de la alteración de la circulación de la sangre se dañan los órganos debido a
la carencia de los nutrientes y oxígeno que necesitan y no les llegan. En los
peores casos, la presión sanguínea disminuye, el corazón se debilita y el sujeto
se precipita a un choque septicémico: distintos órganos –los pulmones, los
riñones, el hígado- dejan de funcionar y el paciente muere.
¿Los
factores de riesgo? La edad: el riesgo es mayor en los niños y en los ancianos;
ciertas enfermedades: la diabetes, leucemia, cirrosis y las quemaduras
extensas; existen situaciones que predisponen a su aparición: los catéteres
intravenosos, las sondas vesicales, las prótesis y el uso de líquidos
intravenosos. El estado –débil- del sistema inmunitario del huésped constituye
otro factor de riesgo. El sistema inmunitario se halla debilitado debido al
abuso del alcohol, a una dieta poco equilibrada –rica en grasas saturadas y
alimentos refinados, y pobre en frutas y verduras-, al estrés, al sedentarismo
o al insomnio; factores ambientales, como el frío, la humedad o la excesiva
exposición al sol, debilitan la inmunidad; también lo hacen las alteraciones de
la tensión y el uso incontrolado de antibióticos; por último, hay sustancias
químicas producidas por el propio organismo -como el cortisol- o ajenas a él
–algunos fármacos- que disminuyen o suprimen la respuesta inmunitaria.
Prevéngase
-el cauto lector- de esta peligrosa afección porque, en la actualidad, las
sepsis se han duplicado y tras las operaciones quirúrgicas triplicado.
1 comentario:
Estimado amigo
No te olvides que para tener una infección generalizada en el cuerpo, la bacteria debe entrar en él (por una herida, por ejemplo) para extenderse después.
La septicemia no es tan escasa como parece que crees: se encuentra entre las diez principales causas de muertes por enfermedad en EE.UU.
Saludos
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