El
lector erudito sabe que las drogas y psicofármacos actúan sobre el cerebro,
imitando a los distintos neurotransmisores que emplean las neuronas para
comunicarse; así sucede con la morfina y heroína, el cannabinol, la cocaína y
el LSD. Utilizado para aliviar la ansiedad, los espasmos musculares, las crisis
convulsivas y para controlar la agitación debida a la abstinencia de alcohol,
el valium (nombre comercial del diazepam) es uno de los fármacos psicoactivos
más utilizados. ¿Hay alguna sustancia producida por el cerebro que tenga el
mismo efecto?
La
acción sedante del valium, miembro de la familia de fármacos llamada benzodiacepinas,
se debe a que disminuye la transmisión de los impulsos nerviosos en el cerebro;
un grupo de investigadores encabezado por John Huguenard ha encontrado una
proteína -denominada inhibidor de la unión al diazepam (DBI)- que actúa en el
cerebro de un modo semejante. ¿Dónde? El DBI, auténtico valium natural, ejerce
su acción en el tálamo, una estructura del cerebro que opera como una estación
repetidora: la información que le llega procedente de los sentidos (menos el
olfato), la envía a la corteza cerebral, donde se procesa. Dentro del tálamo
hay una pequeña región, el núcleo reticular, que se encarga del control de los ritmos
de las neuronas, incluidas las que caracterizan al sueño; lo hace mediante la
síntesis de DBI, cuyo efecto consiste en ayudar al mantenimiento del ritmo de
la actividad neuronal. Tengamos presente que la actividad de las neuronas está habitualmente
poco sincronizada, y que se producen los ataques epilépticos si hay un exceso
de sincronía. Sabido eso, los investigadores han comprobado que la falta de la
proteína DBI favorece la aparición de descargas epilépticas en los animales de
laboratorio; han concluido, por tanto, que imita la acción de una benzodiazepina,
pero de forma natural, y por ello la califican como endozepina; coligen también
que el sistema nervioso podría secretarla en periodos de estrés, para mantener
la actividad normal. En resumen, la DBI, igual que las benzodiazepinas que
inhiben las neuronas del núcleo reticular, deprime el sistema nervioso central,
se une a los mismos receptores y colabora con el neurotransmisor inhibidor
GABA, reforzando el frenado de las señales eléctricas en los circuitos neuronales.
Resulta
obvio señalar que la nueva molécula podría ser un primer paso en el diseño
de nuevas terapias contra la epilepsia, la ansiedad y los trastornos del
sueño.
1 comentario:
Estimado amigo
1º Las moléculas activas que tiene la mariguana imitan la acción de, al menos, un par de moléculas sintetizadas por nuestro organismo llamadas endocanabinoides (concretamente, la anandamida y el 2-araquidonilglicerol, abreviado 2-AG).
2º El resto de las drogas (cocaína, morfina…) hacen lo mismo: se parecen a biomoléculas nuestras y, por tanto, imitan su acción.
3º En cualquier caso, un desequilibrio de estas sustancias es muy peligroso para tu salud mental.
Saludos
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