sábado, 21 de julio de 2018

Sibaritas y enfermedades cardiovasculares


En España y en el pasado, eran relativamente frecuentes las epidemias de viruela, cólera, difteria, tifus, fiebre amarilla, sarampión, escarlatina o paludismo; en concreto, a principios del siglo XX, la tuberculosis era una de las primeras causas de mortalidad. En el siglo XXI hemos detenido aquellas epidemias pretéritas; las enfermedades cardiovasculares son hoy la primera causa de óbitos: más de ciento veinte mil españoles mueren debido a ellas, casi uno de cada tres decesos anuales; y no sólo aquí, diecisiete millones y medio de defunciones, que representan el treinta y uno por ciento del total, se registran en nuestro planeta.
Procedamos a informarnos del riesgo, que esa es la primera tarea que debe hacer la persona prudente. Las enfermedades cardiovasculares constituyen un grupo de desórdenes del corazón y de los vasos sanguíneos; especialmente de los que irrigan el músculo cardiaco, el cerebro y los brazos y piernas: el ictus, el infarto de miocardio y la angina de pecho son las más peligrosas. Tanto el infarto (del músculo cardíaco) como la angina afectan a las arterias coronarias, en aquél se obstruye por completo el vaso que suministra sangre al corazón, en ésta la obstrucción es parcial: uno es agudo, mortal si no se trata de inmediato, la otra es crónica, una enfermedad perenne; en el ictus (accidente cerebro-vascular, infarto cerebral, derrame cerebral o apoplejía son sinónimos), o bien disminuye el flujo sanguíneo de un vaso cerebral, o bien se rompe y origina una hemorragia posiblemente mortal.
Volvamos a España: mil ciento sesenta compatriotas murieron en accidentes de tráfico durante el 2016; casi seis mil en 1989, el máximo histórico. Se gastó mucho dinero en propaganda para reducir la mortalidad anual en cinco mil personas: parece una buena inversión. Ahora bien, ¿por qué no se hace lo mismo para evitar las enfermedades cardiovasculares, si mueren más de cien mil personas cada año? Recordemos que el ochenta por ciento de las enfermedades del corazón y hasta el noventa por ciento de los infartos podrían prevenirse si llevásemos un estilo de vida más saludable, realizando más ejercicio y vigilando nuestra dieta; porque sabemos que el tabaco, la obesidad y el consumo de alcohol son factores de riesgo.
Epicúreo lector, si tiene la presión arterial alta, es obeso o tiene azúcar en la sangre. ¡Preocúpese! Su salud peligra.

No hay comentarios: