sábado, 12 de mayo de 2018

Emulsionantes y cáncer


Siglo XVI, guerras de religión: Francois Viète, por encargo del rey francés Enrique IV, descifra las cartas codificadas que los españoles envían a los católicos franceses. Poco faltó para que el Santo Oficio juzgara al genial matemático por brujo: lo habían denunciado porque suponían que nadie podía descifrar códigos sin ayuda de la magia. Hoy, para mantener documentos ocultos, no se necesita cifrarlos, basta con abandonarlos entre el exceso de información. El escritor, consciente de la trampa, reconoce su afición –o vicio- a la literatura científica minoritaria, también declara que, a veces, se queda anonadado al acabar la lectura. Resumo un artículo que me ha impactado: los emulsionantes que se añaden a los alimentos procesados parecen causar cáncer de colon. ¿Es posible? Un estudio publicado en Cancer Research, en 2016, firmado por Emilie Viennois y tres investigadores, lo ha demostrado sin duda, al menos, en los ratones.
Comencemos por el principio. Hay evidencias de la relación entre la flora intestinal y la aparición del cáncer de colon; no en vano, la flora microbiana del intestino desempeña un papel clave en la enfermedad de Crohn y en la colitis ulcerosa, las dos enfermedades inflamatorias intestinales más comunes; y se sabe que ambas promueven el desarrollo de los tumores en el colon; de hecho, la inflamación de bajo grado, una patología intestinal común asociada con la alteración de la flora intestinal, se encuentra en muchos pacientes con cáncer de colon.

Los investigadores han comprobado que el cáncer de colon ha aumentado desde la mitad del siglo XX; como la genética humana ha permanecido invariable, deducen que algún factor ambiental desempeña un papel clave: sospechan del consumo de emulsionantes dietéticos, omnipresentes en los alimentos procesados. ¿Por qué? Actúan como detergentes –para disolver las grasas-, por lo que alteran la composición de la flora microbiana intestinal, y promueven la inflamación intestinal de bajo grado. Para demostrar su hipótesis, los investigadores alimentaron ratones con dos de los emulsionantes más comunes, la carboximetilcelulosa (carmelosa) o el polisorbato-80 (E-433), en dosis que imitan el consumo de emulsionantes cuando se ingieren alimentos procesados. Los resultados mostraron que se modificó la composición de las especies bacterianas intestinales; concretamente, se favoreció la expansión de las bacterias responsables de la expresión de genes pro-inflamatorios en las células del sistema inmune, que causan una inflamación intestinal de bajo grado capaz de promover la carcinogénesis. Los investigadores concluyeron que el consumo regular de los emulsionantes fue necesario y suficiente para la formación de tumores. 

No hay comentarios: