sábado, 11 de marzo de 2017

Formación de estrellas


Más de nueve mil trillones de estrellas se han formado en el universo observable en los trece mil setecientos millones de años de su existencia. A pesar de tanta luminaria, durante los primeros mil millones de años, el universo fue bastante oscuro; poco más había que nubes de gas y materia oscura: las primeras estrellas no se formaron hasta pasados unos pocos cientos de millones de años. Una vez que la fábrica cósmica estelar arrancó, prosiguió a un ritmo vertiginoso. ¿Se mantiene constante el ritmo? ¿O se trató de una explosión de natalidad?
Comencemos por el principio ¿cómo se inicia el feliz natalicio estelar? Las observaciones del fondo cósmico de microondas, que datan de cuando el universo tenía tan sólo algo más de trescientos mil años, muestran pequeñas irregularidades en la distribución de la densidad de materia y energía; estas heterogeneidades atraían hacia sí materia –operaba la fuerza de gravedad- y la acumulaban; la fusión de pequeñas unidades andando el tiempo constituyó objetos densos de tamaño creciente. Estrellas a una escala pequeña, a una escala mayor y jerárquicamente se fueron construyendo galaxias pequeñas, galaxias grandes, grupos de galaxias, cúmulos y supercúmulos. Los astrónomos, sin embargo, observan en sus telescopios lo contrario: las galaxias mayores producen estrellas antes que las galaxias menores. ¿Cómo conciliar la discrepancia? Una galaxia grande pudo originarse por la fusión de muchas nubes pequeñas; las nubes pequeñas pronto colapsaron y fabricaron estrellas en una época precoz del universo: la galaxia grande contiene entonces estrellas viejas. Una galaxia pequeña pudo formarse a partir de una nube gaseosa solitaria de tamaño moderado; cuando la nube colapsó y comenzó la generación estelar el universo llevaba existiendo un tiempo considerable: la galaxia pequeña encierra estrellas jóvenes.
Desde que arrancó la fábrica cósmica estelar, la frecuencia de formación de estrellas ha aumentado hasta alcanzar un máximo hace cinco mil millones de años, época que coincide con el momento en que apareció nuestro Sol; en la actualidad la tasa natalicia ha disminuido a entre un diez y un quince por ciento del apogeo; y probablemente continuará disminuyendo porque se agota el suministro de materia necesario para fabricar estrellas. Los físicos lo saben: si vive algún ser inteligente en el futuro lejano, observará el cielo más oscuro; no debe preocuparse el aprensivo lector: el Sol aún brillará otros cinco mil millones de años.

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