Seguro
que los cinegéticos lectores tienen una arraigada opinión sobre las bondades de
la caza; argumentan sus detractores que los animales tienen derechos y que
nadie debería matarlos. No se le ocurre al escritor -¡líbreme Dios de la tentación!-
mediar en tan enconado debate. Sí sé que las especies exóticas invasoras
constituyen una de las principales causas de la pérdida de biodiversidad en el
mundo; el mejillón cebra, el mapache, el visón o el caracol manzana son
especies foráneas que exterminan a algunos de los vegetales y animales que habitan
en nuestro querido país. ¿Qué hacer con tan desagradables ocupantes?
Con
el fin de resaltar la importancia y las consecuencias de las especies exóticas
invasoras los especialistas de la Unión Internacional para la Conservación de
la Naturaleza han elaborado una lista con cien de las especies exóticas
invasoras más dañinas del mundo; y los criterios seguidos han sido la gravedad de
su impacto sobre la biodiversidad o las actividades humanas. Las hay de todos
los tipos, tanto vegetales como animales, hongos o microorganismos, entre los
primeros, hierbas, árboles y arbustos entre los segundos aves, reptiles,
anfibios, peces, moluscos, crustáceos, insectos y también mamíferos. No me resisto a citar las catorce especies de
nuestros parientes zoológicos más próximos que están incluidas en este nefasto
inventario: la cabra, ciervo, gato, rata, armiño, conejo, jabalí, zorro, ratón,
mangosta javanesa, macaco cangrejero, coipú, ardilla gris oriental y posum cola
de caballo. ¿Atónito el ingenuo lector? El escritor reconoce estar sorprendido:
no se había imaginado que los ciervos, los gatos o las cabras pudieran hallarse
en tan desagradable catálogo.
Los
ecólogos saben que, si no se controlaran, las especies invasoras colonizarían y
exterminarían los ecosistemas autóctonos. No queda otro remedio -y así lo han
hecho muchos países- que prohibir la introducción de especies, subespecies o
razas foráneas cuando éstas sean susceptibles de competir con las especies silvestres
autóctonas, alterar su pureza genética o los equilibrios ecológicos; y si ya ha penetrado el invasor -añado yo-
para proteger a unos debe procederse a la eliminación de otros.
El
escritor humildemente cree que es civilizado rechazar la crueldad gratuita con
los animales; y también que, aunque le disgusta la caza, no hay argumentos para
censurar una actividad beneficiosa para el control de algunas especies. Y si se
transfiere dinero de los ricos a los pobres mediante el turismo cinegético, tanto
mejor; en consecuencia, el escritor no critica a quien mata, con permiso,
elefantes en Botsuana.
3 comentarios:
Estimado amigo
Censo de Elefantes presentado en 2016:
1ª Conclusión: África ha perdido la tercera parte de sus elefantes desde 2007. Se contabilizaron 352271 elefantes en 18 países africanos lo que supone 144000 menos.
2ª Conclusión: Los resultados variaron según el país. La pérdida de ejemplares en Angola, Mozambique, Tanzania, República Democrática del Congo y Camerún fue mayor de la esperada; sin embargo, en Botsuana, Sudáfrica, Uganda, Zimbabwe y Malawi la población se mantiene estable e incluso aumentó ligeramente.
¿No te parece que desde Europa debemos apoyar las directrices de un país que consigue mantener estable o aumentar sus poblaciones de elefantes, aún a costa de sacrificar algunos?
Saludos cordiales
Epi
Estimado amigo
• Debemos proteger a los elefantes sin duda; pero el manejo de los conflictos entre elefantes y humanos requiere mucho tacto y prestar atención tanto a los intereses de unos como a los intereses de los otros.
• La caza furtiva ha diezmado las poblaciones de elefantes y los gobiernos involucrados deben usar los medios adecuados para prevenirla, con o sin la colaboración de entidades conservacionistas.
Cordiales saludos
Epi
Estimada amiga
Por supuesto que también existen especies vegetales invasoras. Voy a señalar seis que he localizado en un único municipio del noroeste español: mimosa, hierba de la Pampa, acacia negra, Polygonum capitatum, oreja de gato (Tradeschantia fluminensis) y vinagreta (Oxalis pes-caprae).
Saludos
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