Los
químicos suelen despreciar los efectos relativistas cuando resuelven los
problemas que se presentan en su ciencia: no los consideran cuando analizan la
estructura de las moléculas o de las grandes agrupaciones de átomos, ni cuando
intentan comprender las distintas reacciones químicas. La excepción a la norma tiene
que ver con una pregunta que desde la antigüedad ha intrigado a los alquimistas
antaño y a los químicos hogaño ¿Por qué el mercurio, único entre todos los metales,
es líquido a la temperatura habitual del ambiente?
El
cinc, el cadmio y el mercurio deberían ser semejantes porque pertenecen a la misma
familia de elementos químicos; pero los dos primeros, en contraste con el
tercero, son sólidos. Otra característica singulariza al azogue, el otro nombre
del mercurio: es diez veces menos conductor que los demás metales (aunque,
comparado con los elementos no metálicos, se califique como buen conductor). ¿A
qué se deben estas propiedades? De acuerdo con la teoría especial de la
relatividad, la masa de un objeto aumenta cuando lo hace su velocidad. Para
elementos ligeros como el hidrógeno la velocidad de su electrón es insignificante
comparada con la luz y por ello se pueden despreciar los efectos relativistas.
No sucede lo mismo con los dos electrones más internos del mercurio: se mueven
aproximadamente al cincuenta y ocho por ciento de la velocidad de la luz, por
lo que su masa se vuelve un veintitrés por ciento mayor; este aumento hace que
el radio atómico disminuya el veintitrés por ciento. La contracción relativista,
combinada con la estabilidad adquirida debido al llenado completo de sus
orbitales, impide que el átomo comparta sus electrones más externos y que, por
lo tanto, pueda formar enlaces fuertes con otros átomos. El estado líquido se
deberá, entonces, a que las uniones entre los átomos son débiles. Los
razonamientos cualitativos hay que demostrarlos con
números: había que confirmar que estos sutiles cambios en el radio atómico
implicaban profundas mudanzas en las propiedades físicas; para hacerlo los
científicos se propusieron predecir de una forma teórica la temperatura a la
cual el mercurio funde. Un grupo de químicos liderados por Florent Calvo efectuó
los cálculos en 2013: primero excluyeron la relatividad, después la
consideraron. Los resultados resultaron concluyentes: en el primer caso el
valor real y el calculado se diferenciaban en cien grados, en el segundo, el
valor teórico concordaba con el real. Nada más hay que añadir.
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