Los
mosquitos vuelan, no solo en cielos claros, sino también bajo la lluvia,
soportando el impacto de gotas de agua que superan más de cincuenta veces su
masa corporal. Después de tal proeza nadie esperaría que, igual que los aviones
modernos, los mosquitos deban permanecer en tierra cuando espesa la niebla. ¿Por
qué? La lluvia y la niebla les afectan de manera muy diferente. Desde su
perspectiva, el golpe de una gota de lluvia es como si a nosotros nos
atropellara un pequeño coche; en cambio la niebla -veinte millones de veces más
ligera que su cuerpo- les perturba como la lluvia a nosotros. Deducimos que la
niebla no debería perjudicar su capacidad de vuelo, sin embargo lo hace: los
mosquitos generan fuerza suficiente para levantar sus cuerpos; pero son incapaces
de mantener la posición vertical debido a que la niebla afecta a su mecanismo
de control del vuelo. Durante un chaparrón, las gotas de lluvia los alcanzan
una vez cada veinte segundos, pero las partículas de niebla los rodean
continuamente. Un órgano -del tamaño de las gotitas de niebla (cinco micrómetros)-
proporciona al mosquito la información giroscópica imprescindible para mantener
el vuelo; está en los dos diminutos balancines (situados a los lados del tórax,
detrás de las alas); pero los balancines –que se agitan aproximadamente cuatrocientas
veces cada segundo, golpeando miles de gotas- funcionan mal debido a los repetidos
choques con las partículas de niebla: como los limpiaparabrisas cuando la
lluvia arrecia. Los insectos, igual que las aeronaves, no pueden volar sin percibir
el entorno: y el mal funcionamiento de los balancines equivale a la mala
visibilidad de los humanos.
El
investigador Andrew Dickerson ha demostrado que una niebla de gotas de agua obstruye
el vuelo de los mosquitos Anopheles freeborni. Comprobó que los animalitos no
pueden mantener la estabilidad del vuelo –sus balancines son ineficaces- y ruedan
sin control hasta caer al suelo en los gases más densos que el aire. Para
controlar la población de mosquitos y reducir la propagación de la malaria o
del dengue los sanitarios han usado nebulizadores que contienen insecticidas
químicos; el fracaso del vuelo de los mosquitos en la niebla revela nuevos
métodos potenciales para el control de estos insectos que no requieren
insecticidas. Antes de acabar la lectura seguro que el suspicaz lector ya había
juzgado esta investigación entomológica como inútil ¿o no?
No hay comentarios:
Publicar un comentario