En
1827, unos profesores de la Universidad española de Cervera escribían, en una
carta dirigida al rey Fernando VII: “lejos de nosotros la peligrosa novedad de
discurrir”. El optimista lector pensará que, afortunadamente, ya se promueven
mejores usos y costumbres en nuestra patria. ¿Seguro? La Comisión Europea ha
abierto varios expedientes a España por falta de depuración de aguas residuales
en unos ochocientos núcleos de población; además, en 2015, nos ha demandado
ante el Tribunal de Justicia por el incumplimiento de directivas vigentes desde
la última década del siglo pasado, concretamente, sobre la falta de depuración
de aguas residuales urbanas en siete zonas de Andalucía, Cataluña y Galicia con
más de diez mil habitantes cada una. Y aún me queda por señalar que en el año
2010 (el último dato que conozco), España no depuraba el dieciséis por ciento
de sus aguas residuales. Me avergüenza que los dirigentes de nuestro país no piensen
que deben velar por la salud de sus habitantes y del ambiente. Si a esta penosa noticia añado que quien me la
contaba preparaba café, se entenderá porque asocié ambos fenómenos con la
filtración: porque las aplicaciones de la filtración abarcan desde los
sencillos filtros domésticos de café, hasta los sistemas de tratamiento de agua
destinada al suministro urbano. Antes de continuar aclararé que la filtración
es un proceso que separa los sólidos que se mantienen en suspensión en un
líquido mediante un medio poroso, medio que retiene los sólidos y permite el
paso del líquido. Me la puedo imaginar como el paso del agua, que cae movida
por la gravedad a través de un lecho de arena o un material granular similar, y
que elimina protozoos, bacterias y partículas del agua.
No
sólo los dispositivos artificiales son capaces de efectuar un buen filtrado de
aguas, los animales también lo hacen, y algunos, como los mejillones, de forma
modélica, pues llegan a filtrar hasta ciento noventa y dos litros de agua
diarios cada uno. En la gallega ría de Arousa, el mayor productor mundial de
este molusco, se extraen ciento sesenta mil toneladas anuales, estimo que unos cuatro
mil millones de estos animales. Hago números y hallo que los mejillones
extraídos de la ría durante un año tendrían la capacidad de filtrar setecientos
millones de metros cúbicos de agua diarios, ciento sesenta mil veces el volumen
de la ría (cuatro mil trescientos metros cúbicos de agua).
¡Que no está nada mal!
4 comentarios:
Estimado amigo
Además del mejillón, las ostras, almejas y navajas son animales filtradores.
No sólo los mpluscos anteriores son animales filtradores, también lo son algunos crustáceos (kril), aves (flamencos) y peces.
Saludos cordiales
Estimado amigo
El proceso de saneamiento es el siguiente:
1º Las aguas residuales procedentes de la actividad doméstica, industrial y agrícola llegan a una estación depuradora.
2º La depuración de las aguas residuales se divide en fases: tratamiento primario (para eliminar los sólidos en suspensión), tratamiento secundario o depuración biológica (para eliminar la materia orgánica), tratamiento terciario (para eliminar los agentes patógenos).
Con los tres tratamientos se consigue reutilizar el agua para el riego de jardines públicos sin peligrar la salud humana.
Saludos
Estimado amigo
1º En el año 2018 el Tribunal de Justicia de la Unión Europea condena a España a pagar una sanción de doce millones por la depuración insuficiente del agua en diecisiete zonas urbanas de más de quince mil habitantes; a los que se añaden más de veinte millones anuales mientras persista el incumplimiento.
2º En el año 2019, ocho de las diecisiete poblaciones siguen sin depurar suficientemente las aguas: lo que hace que la sanción supere los veintidós millones.
Saludos
Estimado amigo
El mejillón cebra (Dreissena polymorpha) no es comestible. Se trata de una especie invasora, natural del mar Negro que se ha introducido en España en la cuenca del Ebro.
Saludos
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