En
una reunión de prestigiosos neurobiólogos, celebrada en 2011, Rafael Yuste, que
trabajaba en la Universidad de Columbia (EE.UU), presentó un ambicioso proyecto:
registrar la actividad de circuitos neuronales enteros y de cerebros completos.
El neurocientífico español, digno seguidor de su compatriota Santiago Ramón y
Cajal, ha desarrollado una técnica (calcium imaging, apellidada) que permite
medir la actividad neuronal: cuando un impulso nervioso recorre una neurona
ésta absorbe calcio; si el cerebro se tiñe con un colorante que cambie de color
en presencia de calcio, se podrían detectar las neuronas activas con un microscopio:
esta técnica se ha convertido en uno de los pilares de la neurobiología porque sólo
podremos comprender el cerebro observando cómo se activan las redes neuronales
durante funciones específicas. Publicada la primera película de la actividad
neuronal, el profesor Yuste pensó que había llegado el momento de plantear un
proyecto a gran escala: el propósito del BAM -Brain Activity Map- consiste en
desarrollar nuevas técnicas de imágenes neuronales con las que, en lugar de
hacer películas en dos dimensiones de la actividad de unos centenares de
neuronas, registrar mapas en tres dimensiones de la actividad del cerebro con
gran resolución. Los primeros objetivos del BAM serán medir la actividad de
circuitos completos en cerebros de gusanos (Caenorhabditis elegans), luego de
moscas (Drosophila), peces cebra, ratones, primates y, al mismo tiempo, empezar
a mapear cerebros humanos. Otros proyectos también plantean mapear el cerebro,
pero desde una perspectiva estructural; son imágenes estáticas, que no reflejan
qué está ocurriendo; con ellos vemos fotografías, con el BAM pretendemos ver
películas completas.
En
2013, el presidente Barack Obama citó la investigación en neurociencia como
ejemplo de inversión en las mejores ideas, y argumentó que los científicos
están mapeando el cerebro humano para entender el Alzheimer. De aprobarse el
BAM por el gobierno de los Estados Unidos se convertirá en el proyecto
neurocientífico más grande de la historia, equivalente al viaje pionero de los
humanos a la Luna, a la secuenciación del genoma humano o a la construcción del
LHC.
El
escritor se alegra mucho más del éxito conseguido por el profesor Rafael Yuste que de las victorias logradas por
los deportistas ibéricos (aunque reconoce ser aficionado al fútbol). Seguro que
el lector cultivado conoce a Arquímedes, Aristóteles o Tales. ¿También recuerda
el nombre de algún deportista ganador de una Olimpiada en aquella lejana época?
¿No? Juzgue la importancia de unos y otros.
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