El
aficionado a la ciencia está habituado a leer en los periódicos que
los descubrimientos en la física de partículas se deben a
experimentos efectuados en grandes máquinas y supone que siempre ha
sido así. Se equivoca: durante décadas, y hasta la construcción de
los primeros aceleradores, la física de partículas se desarrolló
gracias al estudio de los rayos cósmicos. ¿Qué son estos rayos que
no se observan directamente, sino que se detecta su choque con las
moléculas de la atmósfera?
Descubiertos
en 1912, los rayos cósmicos no son rayos, sino partículas (noventa
y ocho de cada cien, núcleos de hidrógeno y de helio) procedentes
del espacio extraterrestre. Tienen una energía enorme debido a su
elevada velocidad, cercana a la de la luz; para darnos una idea, el
rayo cósmico más energético registrado tenía trescientos
trillones de electrón-voltios, se trata de la energía equivalente a
la que tiene un ladrillo de cinco kilos, que cae desde un metro, en
el momento de alcanzar tu pie, amigo lector; pero concentrada en una
minúscula partícula subatómica. El Sol emite rayos cósmicos de
baja energía, las supernovas los expulsan de energía media. La
fuente de los rayos cósmicos de alta energía ha sido un misterio
durante mucho tiempo; datos recientes tomados en el observatorio
Pierre Auger sugieren que proceden del centro de galaxias cercanas a
la nuestra (concretamente, del supercúmulo local, que se halla a
menos de ciento cincuenta millones de años-luz), donde probablemente
hay agujeros negros activos. Afortunadamente o desgraciadamente, la
naturaleza parece que impone una frontera a estos intrépidos viajes:
la interacción de los rayos cósmicos con los fotones de la
radiación del fondo cósmico de microondas, que rellena el espacio,
bloquea la marcha de la mayoría de los rayos cósmicos que poseen
una energía superior a un límite (GZK), estimado en sesenta
trillones de electrón-voltios.
Es
cierto que los rayos cósmicos ultraenergéticos son raros: el
observatorio Pierre Auger sólo ha detectado cuatro en cuatro años;
pero también lo es que son cientos de millones de veces más
energéticos que cualquier partícula producida por el hombre en los
grandes aceleradores, el famoso LHC incluido. Me pregunto entonces
¿por qué los físicos no se arman de paciencia y usan
preferentemente los rayos cósmicos en vez de los grandes
aceleradores? Al fin y al cabo, las instalaciones son muchísimo más
baratas.
5 comentarios:
Estimado amigo
Mi opinión sobre los rayos cósmicos y grandes aceleradores está inspirada en Werner Heisenberg quien ha escrito: “Si los nuevos resultados experimentales desviasen el interés a energías cada vez más altas, quizá cupiera utilizar la radiación cósmica para una exploración provisional…Estos experimentos serán seguramente más baratos que la construcción de aceleradores aún mayores, si bien los resultados no podrían ser tan fiables.” (“Encuentros y conversaciones con Einstein y otros ensayos”. Alianza Editorial, Madrid 1985, pp. 109.
Saludos cordiales
Estimado amigo
El setenta por ciento, aproximadamente, de los rayos cósmicos que se detectan al nivel del mar son muones, partículas idénticas a electrones, pero más pesados.
Saludos
Estimado amigo
El trillón según la Real Academia de la Lengua es uno seguido de dieciocho ceros; distinto del trillion norteamericano que es uno seguido de doce ceros.
Saludos
Estimado amigo
1º Los rayos cósmicos son muy abundantes (diez mil partículas bombardean por segundo cada metro cuadrado de la atmósfera) y es muy amplio el rango de energía que tienen.
2º El porcentaje del total de rayos cósmicos muy energéticos es muy pequeño (unos pocos por siglo impactan en cada kilómetro cuadrado de la atmósfera) porque cuanto más energéticos menos abundantes.
3º Si los rayos cósmicos más energéticos son protones que provienen de galaxias lejanas, ninguno debería detectarse con energía superior a un límite: porque los frenan los fotones del fondo cósmico de radiación.
Los datos obtenidos por el observatorio son coherentes con esta explicación.
Saludos
Estimado amigo
1º Te recomendaría seguir las investigaciones que se realizan en el observatorio Pierre Auger (Argentina), una iniciativa multinacional en la que participan instituciones y universidades de todo el mundo y cuyo objetivo es detectar rayos cósmicos de altas energías.
2º El observatorio ha medido interacciones protón-protón de cincuenta y siete teraelectrovoltios (superior a cualquier de los grandes aceleradores terrestres).
Saludos
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