sábado, 21 de mayo de 2011

¡Cuidado con las patatas fritas!


En el año 2002 un análisis bromatológico sorprendió a las autoridades sanitarias mundiales. Las patatas fritas, las galletas, el pan y el café contenían acrilamida, un conocido carcinógeno, con unas concentraciones superiores a las propuestas por la Organización Mundial de la Salud para calificar el agua como potable. Nadie sabía explicarlo. Los datos proporcionados por la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria –EFSA- en el 2010 resultaron preocupantes: algunas patatas fritas tienen más de seiscientos microgramos por kilo de alimento, algunas galletas más de trescientos, el pan más de cien y el café más de doscientos. ¿Está consternado el aprensivo lector? Tome un lápiz, haga cálculos, estime la cantidad de acrilamida que toma habitualmente, y compárelos con el límite tolerable para evitar riesgos en la salud: dos microgramos y seis décimas por cada kilo de peso corporal es el límite fijado en 2009.

¿Cuándo se forma la acrilamida? El conocido proceso químico (apellidado reacción Maillard) es muy común en la cocina; a una temperatura de ciento cincuenta a ciento ochenta grados centígrados se originan unas sustancias de color marrón que mejoran el sabor y aroma de las galletas, el pan, el café y las patatas fritas; se trata básicamente de una caramelización, la misma reacción que colorea la carne mientras se cocina al horno. Desgraciadamente, se ha detectado la temible sustancia carcinógena como subproducto del proceso.

Los investigadores ya han descubierto cómo se forma la siniestra acrilamida: el aminoácido asparraguina, presente en las proteínas, se combina con la glucosa del almidón o con la fructosa de los carbohidratos, a temperaturas superiores a ciento veinte grados, como las que se generan en los fritos, asados y horneados. Y resulta convincente que las patatas fritas den los valores más altos de la sustancia cancerígena, porque hasta el cuarenta por ciento de los aminoácidos del tubérculo pueden ser asparraguina.

A falta de soluciones para impedir la síntesis de la acrilamida, por el momento, la única recomendación doméstica consiste en evitar la combinación de la asparraguina con la glucosa a altas temperaturas. El lector prudente puede ingerir los alimentos hervidos o preparados a temperaturas inferiores a ciento veinte grados; porque no se ha hallado acrilamida en ellos; pero si le gustan los fritos, asados y horneados. ¡Ay, si se embelesa con ellos! Debe aplicar ciertas pautas para reducir el riesgo: consúmalos con moderación y evite tostar su comida. En cualquier caso, ya decidas ignorar o considerar estas sugerencias, querido lector, te deseo suerte.

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