Cualquier
ciencia se construye con las proposiciones que se refieren a los hechos -en
último término aluden a la lectura de un medidor-, y con las referentes a las matemáticas.
Hay otros aspectos que nunca aparecen en las publicaciones científicas (ni
deben de aparecer), que también influyen en la ciencia; voy a comentar uno de
ellos: la religión, y espero que no se escandalizará el lector escrupuloso.
Concretamente,
me voy a ocupar de las creencias de Isaac Newton, teísta convencido y considerado el mejor
físico de la historia. Newton
(1642-1727) no fue el prototipo de científico del siglo XX, hombre de su
tiempo, participó en muchas convicciones de la época, como la alquimia o la
astrología, que hoy consideraríamos supersticiones. Según la teoría de gravedad
elaborada por él, el universo debería colapsar,
pues todas las estrellas tendrían que atraerse entre sí; la dificultad le parecía
tan insuperable, que no encontró otra solución que asignar a Dios la función de
contrarrestar la gravedad y mantener las estrellas en su sitio. Escribió: "La
gravedad tiene que causarla un agente
que actúa constantemente de acuerdo con ciertas leyes; pero si este agente es
material o inmaterial lo dejo a la consideración de mis lectores"; como en
otros escritos usa el término espíritu para referirse al agente, cabe considerar
que alude a la divinidad. Más explícito resulta este otro párrafo: "El
orden admirable del sol, de los planetas y cometas tiene que ser obra de un Ser
Todopoderoso e inteligente... y si cada estrella fija es el centro de un
sistema semejante al nuestro, es cierto que, llevando todos el sello del mismo
plan, todos deben estar sometidos a un solo y mismo Ser... Este Ser infinito lo
gobierna todo no como el alma del mundo, sino como Señor de todas las cosas.
Dios es el Ser Supremo, Infinito, Eterno, absolutamente Perpetuo”. Otro
apunte más, Newton interpretaba las cometas como envíos divinos: de combustible
para mantener encendido el Sol o de agua para evitar que la Tierra se secara.
Después
de esta paradójica lectura quizá el lector curioso se pregunte qué opinión
tienen los científicos contemporáneos sobre la religión. Una encuesta efectuada
por E. J. Larson, y L. Witham en el año 1997 (Nature 386: 435-436) reveló que cuatro de cada diez científicos de
los Estados Unidos de América creen en Dios, los otros seis se declaran ateos o
agnósticos.
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