sábado, 12 de marzo de 2011

Cáncer: la importancia de las normas


Todo lector que tenga un mínimo de sensibilidad se escandalizará al saber que, cada año, treinta y ocho millones de animales salvajes de la Amazonia brasileña son vendidos en el extranjero de contrabando: un negocio que mueve aproximadamente seis mil millones de dólares. Sí, incrédulo y sorprendido lector, lee de nuevo el monto de animales. Habrá quien argumente que eludir unos formalismos más o menos válidos no tiene mucha importancia, expondré otro caso de omisión de reglas, sólo que ahora con seres más diminutos. Nuestras células corporales tienen un ciclo vital: nacen, se multiplican, viven y mueren; sin embargo, no todas se atienen a las mismas pautas de conducta, las células cancerígenas se saltan las normas: se dividen sin control, pueden diseminarse por todo el organismo y no mueren cuando debieran. ¿Cuál es la causa de su anarquismo? El investigador español Manel Esteller ha encontrado, recientemente, una posible respuesta en los tumores de colon, estómago y útero: una mutación proporciona a las células capacidad para secuestrar, en el interior del núcleo, a unas moléculas encargadas del control de su división.

Todas las células humanas contienen un núcleo, donde se encuentra el material genético (el ADN), un medio acuoso (el citoplasma), donde se producen las proteínas, y una membrana que rodea a la célula y la separa del exterior. Entre los compartimentos existe un tráfico continuo de moléculas que, actuando de señales químicas, indican a los genes cómo comportarse. En este intercambio de señales, los microARNs –unos mensajeros especiales que regulan la expresión de otros genes- desempeñan un papel fundamental, porque intervienen en la cascada de mensajes que ordena a la célula dividirse o no. El equipo de Esteller ha hallado una proteína, la exportina-5 que, como si se tratase de un camión, transporta los microARNs desde el núcleo al citoplasma y activa un engranaje que inhibe la división celular. Como ocurriría en una huelga de transporte, si la exportina-5 no funcionase, los microARNs no llegarían a su lugar de trabajo: la inhibición no se produciría, la célula se multiplicaría sin control y se desarrollaría un cáncer.

El perspicaz lector ya habrá adivinado el siguiente paso que deben dar los investigadores; para hallar un tratamiento de la cruel enfermedad tienen que buscar formas de reactivar la proteína recién descubierta.

No hay comentarios: