La mayor parte de los perspicaces lectores sabrán que los
objetos que pueden ver en el universo están formados por átomos, y que éstos contienen
electrones, protones y neutrones; pero lo que probablemente ignore es que los
protones y neutrones son objetos compuestos de partículas más pequeñas todavía,
los quarks. Y que todos ellos aparecieron en el primer segundo de existencia
del cosmos. Los físicos tienen argumentos para estar convencidos de que sólo
existen seis sabores de quarks y que cada uno de los sabores se presenta en
tres colores; por supuesto los sabores y colores nada tienen que ver con su
significado habitual, sino con propiedades físicas. ¿Os parece bello este
lenguaje científico? Pues esperad a saber el nombre de los seis sabores de los
quarks: a los dos primeros les llamaron arriba (up) y abajo (down), al tercero
estraño, en el cuarto, el quark encantado, los científicos comenzaron a
abandonarse a la fantasía, pero con los nombres de los dos siguientes se
superaron, pues los bautizan como verdad y belleza. Imaginen a un físico
diciéndole a un colega, me voy al sincrotrón a estudiar la belleza de la
materia, o bien, estoy trabajando intensamente en la búsqueda de la verdad ¡Qué
hermoso! Lamentablemente, duró poco el goce, porque se cruzó la vil realidad, quiero
decir, los científicos pronto se dieron cuenta de las miradas cargadas de duda,
o de los desfavorables comentarios, de los administradores públicos que debían
proporcionar elevadas sumas de dinero para continuar la investigación.
¿Librar millones de dólares para
estudiar la verdad de la materia o la belleza de las partículas elementales?
Quizá, veremos, más adelante. Muy pragmáticos, los físicos decidieron que era
necesario cambiar el nombre del quinto y sexto quark: convirtieron la verdad
(true) en cima (top) y la belleza (beautiful) en fondo (bottom), con lo que el
ánimo de los políticos recuperó el buen tono: como no entendían nada, podían
pagar tranquilos, porque un físico puede investigar sobre el fondo o la cima en
el mundo subatómico sin que peligren los fundamentos de la sociedad, pero si se
dedica a estudiar la verdad o la belleza, ¿quién sabe que puede salir del
asunto? Después de todo, sólo hace poco más de medio siglo que los físicos
diseñaron una bomba atómica. ¡Qué Dios nos coja confesados!
1 comentario:
Estimado amigo
En la naturaleza no se han encontrado quarks libres; siempre aparecen en tríos o en parejas (en 2015 se demostró que también en quintetos). El nombre (hadrones aquéllos, mesones éstos) es lo de menos).
Saludos cordiales de Epi
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