sábado, 21 de junio de 2008

La belleza, el pragmatismo y los quarks


La mayor parte de los perspicaces lectores sabrán que los objetos que pueden ver en el universo están formados por átomos, y que éstos contienen electrones, protones y neutrones; pero lo que probablemente ignore es que los protones y neutrones son objetos compuestos de partículas más pequeñas todavía, los quarks. Y que todos ellos aparecieron en el primer segundo de existencia del cosmos. Los físicos tienen argumentos para estar convencidos de que sólo existen seis sabores de quarks y que cada uno de los sabores se presenta en tres colores; por supuesto los sabores y colores nada tienen que ver con su significado habitual, sino con propiedades físicas. ¿Os parece bello este lenguaje científico? Pues esperad a saber el nombre de los seis sabores de los quarks: a los dos primeros les llamaron arriba (up) y abajo (down), al tercero estraño, en el cuarto, el quark encantado, los científicos comenzaron a abandonarse a la fantasía, pero con los nombres de los dos siguientes se superaron, pues los bautizan como verdad y belleza. Imaginen a un físico diciéndole a un colega, me voy al sincrotrón a estudiar la belleza de la materia, o bien, estoy trabajando intensamente en la búsqueda de la verdad ¡Qué hermoso! Lamentablemente, duró poco el goce, porque se cruzó la vil realidad, quiero decir, los científicos pronto se dieron cuenta de las miradas cargadas de duda, o de los desfavorables comentarios, de los administradores públicos que debían proporcionar elevadas sumas de dinero para continuar la investigación. ¿Librar  millones de dólares para estudiar la verdad de la materia o la belleza de las partículas elementales? Quizá, veremos, más adelante. Muy pragmáticos, los físicos decidieron que era necesario cambiar el nombre del quinto y sexto quark: convirtieron la verdad (true) en cima (top) y la belleza (beautiful) en fondo (bottom), con lo que el ánimo de los políticos recuperó el buen tono: como no entendían nada, podían pagar tranquilos, porque un físico puede investigar sobre el fondo o la cima en el mundo subatómico sin que peligren los fundamentos de la sociedad, pero si se dedica a estudiar la verdad o la belleza, ¿quién sabe que puede salir del asunto? Después de todo, sólo hace poco más de medio siglo que los físicos diseñaron una bomba atómica. ¡Qué Dios nos coja confesados!

1 comentario:

C. Armesto dijo...

Estimado amigo

En la naturaleza no se han encontrado quarks libres; siempre aparecen en tríos o en parejas (en 2015 se demostró que también en quintetos). El nombre (hadrones aquéllos, mesones éstos) es lo de menos).

Saludos cordiales de Epi