sábado, 18 de mayo de 2024

Dolor


Sé sabio, “ma Douleur”, y permanece tranquilo
Reclamabas la noche, desciende, hela aquí
Una atmósfera oscura envuelve la ciudad
A unos trae paz, a otros inquietud…
Mira asomarse los años difuntos,
a los balcones del Cielo, con vestimentas gastadas;
Surgir del fondo de las aguas la melancolía sonriente;
Dormir bajo un arco  el sol moribundo,
Y, como un amplio sudario, arrastrándose hacia Oriente,
Escucha, amada mía, escucha a la Dulce Noche que avanza.
Cuando quise traducir del francés estos hermosos versos de Charles Baudelaire tropecé con una insidiosa dificultad; porque el significado de “ma Douleur” -especulé- no podía referirse al dolor habitual, a la sensación que asocio con la intervención de estímulos físicos, sustancias químicas y circuitos neuronales: una desagradable señal que nos informa que algo no funciona bien y un útil instrumento para diagnosticar un daño corporal que debemos solucionar. 
¿En qué consiste la sensación dolorosa? Unos receptores del dolor se activan por estímulos mecánicos (pinchazos, cortes, golpes…), otros receptores del dolor por estímulos térmicos (calor o frío intensos) y unos terceros se activan por estímulos bien mecánicos, bien térmicos o bien por sustancias químicas como la histamina, serotonina, bradiquinina y prostaglandinas, entre otras, que producen los tejidos dañados o inflamados. Los nociceptores -que así se llaman las terminaciones nerviosas de las neuronas receptoras del dolor- detectan los estímulos causantes del dolor y los convierten en una señal eléctrica; estas neuronas receptoras (lentas fibras C o rápidas fibras A delta) están conectadas a la médula espinal, donde transmiten el estímulo doloroso a otras neuronas mediante la liberación de moléculas neurotransmisoras, como el glutamato, el péptido sustancia P y el péptido relacionado con el gen de la calcitonina (CGRP). Estas segundas neuronas conducen el estímulo hasta el tálamo (ubicado bajo la corteza cerebral); desde ahí otras neuronas llevan la señal a las neuronas de las áreas de la corteza cerebral donde se percibe el dolor de forma consciente. Es en esta última estación donde se activa un sistema descendente que puede inhibir la señal dolorosa ascendente: en la medula concretamente, unas neuronas liberan moléculas neurotransmisoras como las encefalinas -semejantes a la morfina-, la serotonina, la norepinefrina, la acetilcolina y el GABA que inhiben la liberación de los neurotransmisores por parte de las neuronas nociceptoras.
Concluida la poco lírica explicación bioquímica ¿está de acuerdo conmigo el erudito lector en que el poeta más que a la sensación del dolor se refería a la Pena?


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